Estaba en una velada romántica con mi novia, cuando una amiga de ella llegó efusivamente a saludar. Debo confesar que en el primer instante que la vi me deslumbró su belleza.
Su rostro era bien definido, boca gruesa, ojos grandes, labios rojos despampanantes, su cabello largo, negro y ondulado caía sobre sus hombros, su cuerpo era atlético y marcado, pechos grandes, piernas marcadas, su sonrisa era coqueta y a la vez divertida.
Saludó a mi novia muy alegremente, entre abrazos y risas y algunas bromas, en poco tiempo me di cuenta que esa chica estaba loca, una locura excitante y tentadora.
Mi novia me miró y me dijo:
– Te presento a Valentina, una amiga de la universidad.
Ella se acercó y me dio un beso en la mejilla, miró a mi chica y le dijo en voz sexy:
– Pero que guapo que es tu chico!.
Ambas sonrieron y yo sentí mi cara hervir entre el comentario y la culpa que sentía de embrutecer con aquella mujer.
– ¡Vamos a bailar!, exclamó Valentina.
Mi novia volteó a verme con cara de chantaje, yo sonreí y asentí.
Mientras caminábamos a buscar un buen lugar para bailar no podía dejar de pensar y preguntarme como se movería aquella mujer.
Sentía temor, ver a una mujer bailar es mi mayor debilidad y si esa chica se mueve de lo más sensual no sé cómo haré para controlar mi pantalón, era todo lo que pensaba, estaba emocionado y a la vez horrorizado.
Llegamos a un antro, el reggaetón sonaba al máximo, sonaba la canción de “Mayores” de Becky G. Valentina comenzó a bailar en cuanto entramos. Tomó a mi novia, se colocó a espaldas de ella y comenzó a bajar, mi chica le tomaba el cabello y sonreía, en ese instante supe que estaba perdido entre aquellas dos mujeres, una permitida y la otra prohibida.
Tenía que fingir, pero no es tan fácil, soy torpe para actuar y temía que mi amiguito me traicionara, estaba sudando de nervios. Mi novia me tomó de la mano y nos dirigimos a buscar una mesa o por lo menos un lugar más cómodo, comenzamos a beber y comencé a relajarme.
Disfruté viendo a aquellas chicas bailar, Valentina era sexy y graciosa bailando, sus caras pasaban de broma a lo más “hot” que se pueden imaginar, por tanto pasaba de reírme a sentir lujuria.
Ya con los tragos de más Valentina me sacó a bailar con las dos, mi novia no se vio molesta, se notaba que confiaba en ella. Mi novia por delante y Valentina por atrás se me repegaban bailando, mi novia me voltió hacia su amiga, algo sorprendido yo accedí.
La tuve de frente y sentía que mi corazón iba a estallar, estaba caliente, muy excitado y penoso. Ella me tomó del cuello y siguió bailando sexy, mi novia me abrazaba por atrás y luego ellas dos se miraban.
Valentina se puso de espaldas y comenzó a mover sus pompis pegado a mí, comencé a sentir mi pene ponerse erecto y me retiré sutilmente. No alcanzó a notarlo, dije que iba al baño pero fui a mi carro, con la gran gente que había sabía que no se les haría raro mi demora.
Afortunadamente el carro estaba algo escondido, así que entré y con cuidado me masturbé para no ser cachado, me imaginé a mi novia y a Valentina chupándome la polla, me vine y gocé mi imaginación, me bajé y regresé al antro.
Les dije que había mucha fila en el baño y no hicieron más preguntas. No tardé mucho en volver a excitarme, era imposible no hacerlo, me dieron un empujón y me sentaron en un banco.
Ambas me bailaban, en un momento Valentina tomó el control, se puso en medio de mis piernas y comenzó a bajar, cuando subió, subió hacia mi boca y ahí supe que ya no podía más.
Yo me acerqué y la besé y ella respondió sin pensarlo. Me dejé ir y ni siquiera pensé en lo que estaría pensando mi novia, nadie nos separó, nadie nos gritó, pensé en que era buena señal.
Cuando fui un poco consciente y me separé de ella volteé a buscar a mi novia, ella nos miraba con lujuria, se acercó a Valentina y la arrebató de un beso apasionado.
Estaba perplejo, llegó un momento donde pensé que aún seguía ahondado en mi imaginación, me jalaron hacia ellas y de ahí todo pasó a bailes eróticos y caricias.
Las saqué de ahí y fuimos al carro, donde por segunda vez iba a tener acción pero ahora fuera de mi mente, tenía a ambas abajo, sacándome el pene y observándolo.
Valentina no lo pensó y se lo tragó, la tomé de la cabeza y la empujaba hacia mí una y otra vez. Mi chica me miraba y se tocaba los senos, se pasaban mi pene de boca en boca y de mano en mano.
Luego Valentina se clavó en mí de un sentón, agresivamente movía mi pene dentro de su vagina y botaba, veía el perfil de sus pechos botando, me encantaba.
“Creo que me estoy enamorando otra vez”, estaba pensando. Mi chica le mordía los pezones y a ella le encantaba.
Mi novia disfrutaba tanto como yo el vernos juntos, estaba en una hermosa fantasía sexual, me sentía afortunado.
Después de un rato de placer se sacó mi pene y volvió a ir hacia abajo, entre mi novia y ella me hicieron venir y entre ambas se repartieron mi semen en su cuerpo.
¿Han tenido la misma suerte que yo alguna vez?
Imágenes de carácter ilustrativo para el relato de trio con mi novia y una amiga.
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