Relato de sexo de jovencito con una madura madre de amigos

Hoy no voy a contar un relato de mi esposa, si no mas bien una experiencia sexual que tuve yo.

Soy un tipo, no galán pero con mucha suerte, ya que hasta hoy puedo darme el gusto de estar con la que me gusta, pero creo que todo viene desde que estuve con doña Olga.

En ese entonces yo tenía 18 años, era un tipo muy tímido y todos me veían la cara, en ese entonces yo quería con Luz, que era su hija, pero esa muchacha me hacía ver mi suerte y yo todo idiota caía una y otra vez.

Una ocasión le hicieron su fiesta de 18 años y me invitó, obvio, solo para burlarse de mí. Ella me dejó en la mesa y se fue con unos tipos, estaba yo todo triste hasta que ella se sentó conmigo.

Era Olga, antes que nada dejen se la describo, una mujer madura de 38 años que tiene 3 hijos, mide 1.65 cm, tiene un color de piel moreno claro y cabello teñido de rubio, un par de piernas torneadas y un trasero grande, ella siempre nos robaba las miradas y ese día se veía espectacular.

Vestía un vestido rojo abierto de la espalda que le llegaba arriba de la rodilla y su cabello agarrado, dios ya han pasado 10 años y aun me excito al recordar. Olga se sentó conmigo y me ofreció una cerveza, yo tímido acepté, ella coqueta sabía que la deseábamos y le gustaba sentirse así, deseada… Ella cruzaba las piernas y se dejaba observar mientras tomaba y me ofrecía mas cerveza, despues de un par tomó un six y me dijo:

– Vamos al patio de atrás y nos tomamos estas, ya me cansé de estar aquí!

– Si, vamos…

La seguí al patio trasero, como todos estaban en la mera peda ni cuenta se dieron. Ella se sentó sobre una silla de playa que tenia ahí y yo lo hice en el suelo, no podía dejar de mirarle las piernas y ella que me veía, abría las piernas para enseñarme su tanguita…

– Te gusto Luisito… o soy fea?
– Para nada es fea, es muy guapa.
– Entonces te gusto?
– Siii y mucho, pero es la mama de mis amigos.
– Jajaja y eso que, no por eso tienes que contenerte.
– P…pero señora yo tengo que respetar.
– Pues respetame a mi y obedéceme.

Nos pusimos de pie y ella comenzó a besarme, inmediatamente comencé a erectarme. Ella comenzó a repegarme su cuerpo, entonces yo comencé de pulpo y aproveché para tocar todo su delicioso cuerpo.

– Ay corazón, me tenías ganas!
– Siii y no sabe cuantas…

sexo jovencito con maduraElla me acostó sobre la silla y comenzó a besarme mi cuello, me quitó mi playera y comenzó a besarme todo mi pecho y abdomen. Poco a poco se bajó hasta mi pene, ponia su cara en mi pene que ya estaba totalmente húmedo, lo sacó de mi pantalon y me dijo:

– Ay Luis!, pero que es este palote!?…

Lo tengo de 20 cm desde esa edad, creo que era el primer pito grande que veía ella porque estaba emocionada. Comenzó a lamérmelo como si fuera paleta, al mismo tiempo me quitaba toda la ropa, chupaba y metia toda mi polla en su boca

Dios era el mejor sexo oral que me habían hecho hasta en ese momento…

– ¿Te gusta papi?
– Si no pareee…

Ella se puso de pie y se quitó el vestido. Yo sin mas ni mas le quité la tanga y así sin condón se subió encima de mí. Poco a poco comencé a penetrarla, ella era una experta montando así que comenzó a hacerme gozar. Yo la tomé de la cintura y acompañé sus movimientos que eran delicados y fuertes al mismo tiempo…

– Que rica verga tienes nene.
– Es tuya amor, cómetela toda!

La acosté y le hice un patitas al hombro. Ella gritaba ya que mi verga le fascinaba, también la puse como en forma de carretilla pero mirándome.

En ese momento sentí como se vino en mí, eso me calentó mas, nos pusimos de pie y empezamos a hacer la de patita de ángel. Ella gritaba pero por lo alto de la música nadie nos escuchó, ademas de que estábamos hasta atrás del patio…

– Ahhh, ahhh que rico papiii…

– Dios es la mejor, eres la mejoooor…

La puse de perrito sobre la silla de playa y comencé a dársela, ella movía muy rico su cadera y mientras yo me daba gusto nalgueándola

– Ahii nena, muévete, muévete mamiii…
– Que rico me la metes cabrón, cógeme asiii…

Yo ya no aguantaba mas, ella se movía muy rico, aparte yo también estaba todo acelerado. Ya sin aguantar más los dos nos venimos juntos,
yo la apreté de la cintura mientras sentía como su coño apretaba, casi masticaba, mi pene…

– AHHHHH! QUE RICOOO!

Ambos exclamamos, después de eso ella se bajó a mi verga y comenzó a mamarmela nuevamente, hasta limpiar por completo los fluidos con su boca.

Estuvimos descansando un rato, nos vestimos y regresamos a la fiesta como si nada. Desde ese día creo que se despertó algo perverso y caliente en mí que hasta la fecha me domina.


Imagen de caracter ilustrativo para el relato de sexo de un jovencito con una madura

 

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