Hola, lo que os voy a contar es totalmente cierto (sé que es lo que se dice habitualmente, pero en este caso os juro que fue así).
Es una experiencia muy excitante para mí, y para mi mujer aún más para su sorpresa, podríamos decir que fue una consecuencia del alcohol y de la forma que tiene mi mujer de hablar con los tíos y que yo muchas veces le había dicho que le traería problemas o no, todo depende de cómo se lo tomase, porque como normalmente decimos, suena a calienta pollas, aunque os aseguro que no es su intención, por lo menos en casi la mayoría de veces. Pero además, es que normalmente va bastante sexy vestida, gracias a mi insistencia, y eso le gusta, le gusta que la miren, los tíos claro.
Yo soy bastante más abierto que ella, me gustan la situaciones excitantes y morbosas, pero ella no me sigue, de hecho, no sabe que voy a contaros lo que le pasó.
Bueno, vamos a la historia.
Esto sucedió a finales del verano pasado, ahora me he decidido a contarla porque me excitó verlo y me excita mucho recordarlo, fue el siguiente fin de semana a mi aventura cruising en Cabopino (si, fui a Cabopino solo y no estuvo mal, pero eso otra historia).
La experiencia tiene dos partes, la primera la resumiré mucho porque no tiene el morbo de la segunda. El caso es que el sábado de ese fin de semana nos fuimos mi mujer y yo (sin los niños, solos a la playa), a puerto Banús, solemos ir mucho por las playas de Marbella, desde Cabopino hasta esta que os comento.
Para que os situéis, el que la conozca, fuimos a la playa en la que está el club de playa Ocean Club y en concreto nos pusimos en unas hamacas del chiringuito que hay a la derecha. Os dejo una foto en la que podéis ver cómo va mi mujer a la playa y como le gusta meterse en el agua con su rosco.
¿Qué pasó en la primera parte? Pues que comimos en el chiringuito que os digo, comimos tarde porque estaban a tope, y entre el par de cervezas que nos tomamos y una botella de rosado de Ronda que nos recomendó el camarero, a mi mujer se le subió el alcohol a la cabeza y aproveché para jugar con ella, aunque al principio no me dejaba porque decía que nos podían ver, pero cedió, la bebida la desinhibe bastante.
El problema fue que por la excitación, porque nos fuimos demasiado lejos y apenas hacia pie o porque el agua salada no es un buen lubricante, no me la pude follar, pero disfruté un montón metiéndole mano por todas partes, metiendo mis dedos en su coño y un poquito, no me dejó mucho, en su culito (no me deja disfrutar mucho de él, le da miedo, es una pena, porque es una pasada).
Todos los que conozcáis esta playa sabréis que es una playa familiar hasta las 7 u 8 de la tarde, que es cuando empiezan a llegar las pandillas de gente joven y las familias empiezan a irse. Además, en verano Puerto Banús en un sitio típico para la celebración de despedidas de solter@s, y en sábado ya ni te cuento.
Al salir del agua, me fijé que había una pandilla de unos 20 chavales o más. Se notaba que iban de despedida, llevaban música y bebidas. Al vernos salir y ver a mi mujer, me di cuenta que algunos se le quedaron mirando y se decían cosas señalándola. Eso me puso a cien.
Estábamos tumbados en la hamaca, cuando mi mujer se levantó y me dijo que prefería estar en el agua con el rosco a ver si con el agua fresquita se le pasaba un poco el mareo, pero yo me hice el dormido, cómo si no le hubiese escuchado, ella no se dio cuenta que no era así porque yo llevaba las gafas de sol puestas y me quedaba mirándola como se metía en el agua.
Me di cuenta de que los chavales cuando la vieron entrar en el agua se la quedaron mirando, algunos la señalaban y seguro que comentaban alguna burrada sobre su culito o su coño, el bikini tanga era mini, mini de verdad.
Pues al poco unos 10 se fueron al agua con una pelota y se pusieron a jugar cerca de ella al tipico juego de tirarla hacia arriba y al que se le caía, balonazo que te crio.
Se notaba mucho que lo que querían era propiciar algún contacto, ella estaba de espalda a ellos y no se daba cuenta de sus miradas, de cómo la señalaban y de como algunos se tocaba su polla insinuando, supongo, como se la estaba poniendo o como se la follaría.
Lo que voy a contar a partir de ahora es una mezcla de lo que vi (que fue bastante), de lo que mi mujer me contó y de lo que supongo pasó realmente.
Uno de ellos, seguramente el que más labia tenía, tiró la pelota cerca de mi mujer, ella se asustó, como estaba de espalda no vio lo que estaban haciendo.
El muchacho se acercó y empezaron a hablar, seguramente le pidió disculpas, le dijo que estaban de despedida y mujer, como os dije que es un poquito calientapollas, le sonrió y empezó a hablar con él, ella en su rosco, como la veis en la foto, exponiendo su culito a la visión de todos.
El muchacho le devolvió la pelota a los compañeros y siguió hablando con ella. Mi mujer se puso de pie y se reía con algunos de los comentarios que le hacía. Al poco, volvió a caer la pelota cerca de ellos y, en este caso, todos fueron a recogerla, la excusa perfecta estar al lado de ella.
La rodearon y empezaron a hablar con ella. Al principio se reía y hablaba con ellos. Me di cuenta que lo que estaban haciendo es una pantalla para que no se viera bien desde la orilla, y poco a poco se fueron acercando más a ella. Seguramente ella por el alcohol y por la excitación de la situación, verse rodeada de tantos chavales, no se daba cuenta de lo que iba a pasar. Uno de los chavales saltó encima del rosco y se sentó en él, mi mujer le dejó, y éste se puso delante suyo, el resto la seguía rodeando
De repente vi que a mi mujer se le cambiaba un poco la cara, había uno que se le había acercado mucho por detrás, intento separarlo, se notó que le había tocado su precioso culito, este le sujetó por los hombros y se acercó para decirle algo al oído:
No seas tonta, somos buenos chavales y te prometo que te lo vas a pasar genial, confía en mí. Ya os digo que se desinhibe con dos copas, se ve que la situación, la excitación, el morbo le pudo y se dejó llevar. Le volvió a dar la vuelta mirando hacia la playa y la empujó para que se echara encima del que estaba sentado en el rosco, dejando su culito levantado y expuesto a todos.
El que le había dado la vuelta, le separó las piernas y se pegó a ella, le apartó el tanguita, de su coño a la vista de todos y se la metió sin pensárselo, se veía como el muchacho hacía los típicos movimientos de estar follándosela.
Los demás, disimulaban, como si estuviesen hablando, pero aprovechaban para magrearla, tocarle el culito, incluso, según me dijo ella, meterle un dedo o dos en el culito. Cuando este se ve que había terminado, se apartó y pasó otro, fueron pasando todos, se les veía excitados, reían y miraban como se la follaban.
Ella encerraba su cabeza en el pecho del que estaba sentado en el rosco y de vez en cuando levantaba un poco su culito para que se la pudieran meter mejor, hasta el fondo. Uno de ellos le dio la vuelta, hizo que se pusiera boca arriba y le subió un poco las piernas, no quería tampoco que se viera y le cortaran el rollo, y se la folló en esa postura. El que iba detrás igual.
Así estuvieron, dándole la vuelta de vez en cuando, según le gustaba a cada uno, magreando sus tetas cuando las tenían a mano o su culito.
Cuando terminaron, ellos se quedaron jugando en el agua, riendo y señalándola mientras salía del agua. Cuando llegó a la hamaca, casi no podía mantenerse en pie, se tumbo y le digo: Jo, como me has puesto, he tenido que taparme la polla con lo visión que me has dado con esos chavales.
Ella me miró asombrada y empezó a balbucear, como a intentar buscar una explicación. La corte y dije que no hacía falta que dijera nada, que me había excitado mucho y que si ella lo había pasado bien, pues mejor. Se levantó y me dio un beso en la boca. Ni que decir que esa noche, aunque no pude follármela porque estaba dolorida, me hizo una paja de locura.
Bueno, con la excitación de recordar el momento he estado un poco nervioso contando todo esto, espero que os haya expuesto con máxima claridad lo que pasó y no haberme equivocado u omitido nada, la verdad es que ahora mismo la tengo super dura y me encantaría que se volviera a dar un caso parecido, lo cierto es que en otras ocasiones ha tenido algún que otro percance pero nunca como este, ligeros roces, toques que ya os contaré, pero poco más.
Un saludo disfrutar. Desde luego los que no queráis que vuestra mujer sea acosada en esa playa, no estéis tan tarde en ella.
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