Como he relatado con anterioridad, Mariela, mi esposa, antes de casarnos me hizo cornudo con Nino mi socio, situación que duró unos veinte años, hasta que éste falleciera de un paro cardíaco. Ya con cinco años de casados, nuestra relación se consolidó, había asumido mi condición de cornudo y disfrutaba que Mariela sea la hembra incondicional de Nino.
A pesar de que eran discretos y trataban de mantenerlo en secreto, la relación entre ellos trascendió con el tiempo, aunque Nino nunca se enteró que siempre lo supe y, que luego de sus encuentros, Mariela no bien llegaba a casa me relataba con detalles, mientras mi lengua urgaba en su vagina, muchas veces aún con restos del semen de Nino, lo que me daba mucho placer. Saborear y oler los jugos del sexo con otro era una de las cosas que mas me atraen en mi condición de cornudo.
Ya habíamos tenido un niño, Santino, cuando éste cumplió cuatro años, decidimos ir por el segundo, Mariela debía quitarse el DIU y por un tiempo cesar de tener sexo con otros, lo digo en plural, pues si bien Nino era su macho, ocasionalmente tenía encuentros sexuales con otros hombres.
Planeamos entonces que a fin de Marzo, ella se quitaría el dispositivo intrauterino y comenzaríamos la búsqueda. Tomada nuestra decisión Mariela le hace saber a Nino, que por un tiempo el sexo con él, sería oral y sin penetración.
Pasados unos días noto que mi esposa estaba retraída, como si algo le preocupara, esa noche luego de dormir a Santino, me lo dijo: «Nino quiere ser el padre», como sus palabras fueron rápidas y de imprevisto, le pregunté a que se refería, repitió: «Nino quiere ser el padre de nuestro hijo, quiere dejarme preñada», y continuó «Ayer estuve con Nino, le conté de nuestro proyecto, para advertirle que no íbamos a tener sexo completo, hasta que quede embarazada.
El se quedó pensativo un momento, luego me miró y exclamó -yo quiero ser el padre de esa criatura-, me reí y le respondí que estaba loco, pensando que bromeaba; pero no era así, me preguntó ¿quien es tu macho?, le respondí que él, a lo que replicó: entonces si yo soy tu macho, quiero que tengas un hijo mío, esa será la prueba que realmente me perteneces.
Le dije que no, que mi hijo debía ser del matrimonio, que eso no cambiaba en nada nuestra relación. Insistió con ello, mientras levantaba mi pollera y me penetraba, me decía que el quería dejar su simiente en mi vientre, que iba a querer y cuidar a ese niño o niña, que no tenía porqué contarte que era hijo de él, que cuando me saque el diu tenga sexo con él, y evitar que cuando lo haga con vos me eyacules dentro de la vagina, hasta que esté segura de estar embarazada de él.
A medida que lo decía se excitaba más, su pene estaba durísimo y sus embestidas cada vez más fuertes, no tardé en correrme, cuando comenzó a acabarse, gritaba sentí mi leche, sentí mis espermatozoides, dejame hacerte un hijo».
Luego de escuchar su relato, pregunté que pensaba de eso, ella me respondió con un «¿que pensás vos?», esa respuesta me dió la certeza que la idea de tener un hijo con Nino, ya no era solamente de éste, sino que también había comenzado a rondarle a Mariela. Dije que de ninguna manera y dí por terminada la conversación.
Al día siguiente en la oficina, tuvimos con Nino la reunión habitual de la primera hora, mientras conversamos no dejaba de mirarlos, pensaba en Mariela ya con panza esperando un hijo de Nino, así seguí toda la mañana, noté que esos pensamientos me excitaban y mi pene se erectaba hasta ponerse tieso.
Me molestaba sentir esa contradicción, sensación que se repitió toda la semana. El viernes a la noche, mientras Mariela se cambiaba para acostarnos, le pregunté si Nino había vuelto a insistir con el tema, ella estaba de espaldas a mí, sin darse vuelta me respondió que sí, que todos los días.
Le pregunté que le respondió a sus insistencias, siguiendo de espaldas me contestó con un «le dije que no» que sonó poco convincente, luego giró, me miró a los ojos y se retractó, «en realidad le dije que lo iba a pensar», querés tener un hijo de él le pregunté, «creo que sí, quiero darle el gusto» fué su respuesta, sentí que mi pene comenzaba a erectarse, «¿que pensás vos?» insistió. Le conté lo que elacubré toda la semana, «entonces a vos también te gusta la idea» preguntó, dije que sí y mi miembro ya estaba durísimo, terminamos teniendo sexo.
Al día siguiente Mariela se encontró con Nino, le dijo que sí, que estaba dispuesta a dejarse preñar por él, pero no tenía forma de asegurarle que la autoría del embarazo le pertenecería (mintió), ya que Horacio (ese soy yo) tiene que creer que es suyo, lo que implica que también deberé tener sexo vaginal con él. Nino le respondió que por supuesto que ese riesgo existe, pero que deberá ser ella quien tenga sexo conmigo en los días mas infértiles y aprovechar los días fértiles para hacerlo solo con él. Que una vez que nazca el niño, le harían una prueba de ADN para confirmar o descartar su paternidad. Por supuesto que todo esto no iba a ser necesario, pues lo que Nino nunca supo, era nuestra confabulación previa.
Tal como planeamos, pasado mediados de Marzo Mariela se hizo quitar el dispositivo y comenzó la búsqueda de su embarazo con Nino, durante todo ese tiempo, use preservativos o me practicó sexo oral para eyacular en su boca o en cualquier otra parte de su cuerpo, menos dentro de vagina, repitiendo estas palabras «¿sabes cornudo que a mi concha la tengo reservada para el semen de Nino?» ahí ya no podía contener mi orgasmo. A fines de mayo comenzó su retraso y luego de esperar unos días se confirmó el embarazo.
Ver como aumentaba de tamaño el vientre preñado de Mariela, me hacía sentir un cornudo con todas las letras, lo que me me ponía muy cachondo, y esos nueve meses nuestra actividad sexual fue intensa. Del mismo modo y por lo que me contaba Mariela, Nino se sentía el Toro preñador mayor y sus requerimientos sexuales también aumentaron en intensidad.
Nació Nina, ese nombre le dimos a la bebé, Nino le hizo la prueba genética la que lógicamente confirmó su paternidad. Por supuesto fue su padrino, rol que cumplió con creces el resto de sus días, estuvo presente en todos los acontecimientos importantes de su vida, por varios años Nina tuvo dos papás.
Imagen únicamente de carácter ilustrativo para este relato erótico…
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