Catalina se ha caracterizado por ser una mujer sería, profesional e inteligente, pero al tiempo en su rostro proyecta una sensualidad que es imposible ocultarla, además que tiene un cuerpo delicioso que se roba todas las miradas, una cintura pequeñita que hace que su culo se vea exquisito y redondo, unas tetas deliciosas y redondas, y una mirada expresiva que sabes cuando le molesta algo o cuando está muy arrecha.
Desde siempre me ha manifestado ese deseo enorme de experimentar en el ámbito sexual, y una de las cosas que más deseaba Catalina era poder sentir que se siente estar con otra mujer, sentir esos besos femeninos, las caricias, el saber como y donde tocar…
Y por supuesto como buen esposo, tenía que satisfacer esa curiosiodad.
Era martes en la noche y le dije:
“Cata, ponte bien mamasita, que hoy te tengo una sorpresa…”
Sin mediar muchas palabras, un poco curiosa, algo temerosa porque no tenia idea que era… pero al mismo tiempo como buena sumisa dijo:
“Si señor… que quiere que me ponga”
“Ponte un baby doll negro que te ves deliciosa”
Empezó a organizarse, ya el ambiente era cada vez más tenso, pocas palabras, pero mucha ansiedad… Llegó la hora esperada 7PM y tenia frente a mi a Cata, con una lencería deliciosa, un poco timida y temerosa, pero al tiempo arrecha y ansiosa… Y me dijo:
“Que quieres que haga…”
“Ponte esta venda… Quiero que tengas los ojos vendados y hagas lo que te vaya diciendo”
Cuando estaba diciéndole esto, sonó el timbre de nuestra puerta, le dije: “acuéstate te vendoy ya vengo”
A la puerta llegó mi invitada, la vecina, una nena de 20 años que tiene una cara de putica que no puede con ella, es mulata, tiene unas ricas tetas, un culo deseable y sobre todo muy dispuesta a todo y arrecha… le hice señas de que entrara en silencio, ya le había dicho que para Catalina sería una sorpresa y que la necesitaba muy sutil, y comprensiva porque no sabía como iba a reaccionar al sentir las manos de una mujer sobre ella.
Entramos suavemente a la habitación, le hablé a Cata y le dije que ya había llegado su sorpresa, que se relajara y que disfrutara… Puse música suave, teníamos un olor agradable y sin mediar palabra alguna, mi vecina, empezó a acercarse a Cata, rozo su piel suavemente con una pluma, mientras Cata ansiosa empezaba a sentir cada leve toque que la vecina le daba…
Poco a poco empezó a acariciarla para que sintiera que era una mujer la que estaba allí con nosotros… y rozó con sus labios, los labios de Cata humedeciendo levente e invitándola a un beso.
Cata sin pensarlo dos veces, se lanzó y se sumergió en un profundo beso con la vecina. La escena era casi de fantasía, mi mujer y mi vecina, ahí en la misma cama dándose un beso espectacular.
Se dieron un beso largo, profundo, apasionado, deseoso y cargado de una arrechera genial… Momento ante el cual lo único que podía hacer era mirar atonito, decirle cuanto me encantaba ver lo putica que era y lo arrecho que me tenia verla así.
Cata aun con sus ojos vendados tomo la cabeza de la vecina y la llevo a sus pecho para que se los chupara, y ella sin dudarlo tomó los deliciosos pechos de Cata y los devoró literalmente… Los lamía, los saboreaba y los mordia, mientras Cata se retorcia de arrechera…
Ya no aguantaba más por saber quien era esta mujer que la hacía retorcer de placer y me dijo:
“Puedo quitarme la venda”
Le dije que si
Se la quitó, miró confusa a la vecina y me miró a mi, me besó y me dijo:
“Me gusta nuestro juguete”.
La miro a ella y la volvió a besar… esta vez mucho más apasionada y empezó a tocar su clítoris…
La vecina, desesperada la acostó sobre la cama, le corrió la braga y le empezó a subcionar de una manera deliciosa el clítoris a Cata… A tal punto que la hizo correr de inmediato!
Cata gemia de placer y rogaba que me acercara para chuparme la verga, entre gemidos y retorciéndose mientras la vecina la seguía chupando a ella…
Se paró como pudo, se puso en cuatro y le dijo a la vecina que se la quería chupar… Y me dijo que la clavara mientras chupaba. Verla allí como movia su lengua en el clítoris de la vecina me hizo poner a mil por segundo y la clavé de una manera desenfrenada.
Le meti mi verga hasta el fondo mientras gemia y chupaba al tiempo el clítoris de su juguete. Hasta que la hizo correr en su boca. Le dijo a la vecina que se arrodillara y que entre las dos me dieran una mamada.
Cogieron mi verga entre sus labios, jugaban con sus lenguas, se besaban y me masturbaban. Yo estaba a punto de explotar de placer y no podía contener tanta excitación y le dije que estaba a punto de correrme…
“Quiero tu leche sobre las dos” me dijo… y no aguanté más y me corrí en la boca de ambas mientras seguían besándose desaforadamente. Y ahora el que temblaba de placer y arrechera era yo.
Me paré a limpiarme, mientras ellas seguían jugueteando entre ellas. La vecina dijo que tenia que retirarse porque no demoraba en llegar su novio y que debía alistarse para el.
Se fue y quedamos rendidos allí en nuestra cama, pensando en lo delicioso que la pasamos e imaginando nuestra próxima fantasía por cumplir.
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Imagen únicamente de caracter ilustrativo para este relato.
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