Ya he contado algunas experiencias lésbicas que he tenido, pero hay una en especial que me encantó y fue con una casada de 37 años llamada Soraya. Todo esto pasó en aquel lejano 2014, yo tenia 34 años y andaba de novia con Christian de quien ya les hablé, pero esta vez nos fijamos más en un par de amigos que él tiene, Felipe y Soraya, ambos son unos sexosos, en aquel entonces él ya tenia 40 años y ella 37.
Soraya era una mujer alta más alta que yo, tetas medianas, piernuda y muy aventada, desde que la conocí esa mujer me aventaba el calzón sin importarle que mi novio o su marido estuviera presente, recuerdo mucho una ocasión donde estábamos en un bar y ella sin más me acaricio las nalgas mirándome coqueta, desde ahí supe que ella era toda una caliente.
Pues regresando a ese momento, salimos los 4 a Acapulco a pasar las vacaciones de semana santa obvio cada pareja en su cuarto, pero desde que llegamos el acoso de Soraya fue en aumento.
S: ¡Cindy, que rica te ves en bikini ja jajá!
C: ¡Ay gracias!
A mi novio no parecía importarle eso, el lo veía como cotorreo y su marido no le decía nada así que ella seguía tratando de generar alguna reacción en mí, más cuando en un bar estábamos bailando y sus manos fueron directo a mis muslos y nalgas y casi me besa, eso me excito un poco, les confieso que esa noche mientras cogía con mi novia me imaginaba siendo poseída por ella.
Al día siguiente me puse mi bikini azul, uno muy bonito que me regaló un ex novio y encima traía un vestido de red con el cual me sentía muy coqueta, al salir ellos ya nos esperaban, no pude evitar sentirme excitada al verla parada frente a mi, Soraya me miraba de arriba para abajo su mirada lasciva me ponía nerviosa y justo cuando nos disponíamos a ir a la playa ella dijo….
S: Ups, olvide el bloqueador y mi cartera, Cindy me acompañas.
C: Claro, ustedes adelántense a apartar la palapa.
Yo la acompañe, el camino fue normal, ella hablaba de una disco muy buena en donde se escapó con un amante, no se porque lo decía, pero me parecía interesante.
Llegamos a la habitación ella abrió la puerta y me dijo que entrara primero, yo lo hice, pero tarde mas en entrar que sentir sus manos en mi abdomen, ella me abrazó por atrás y su boca fue directo a mi cuello mientras me susurraba al oído.
S: ¡¡¡Estas muy rica, te deseo!!!
Sus manos apretaban mis muslos, yo me erizaba, quería huir, pero una enorme excitación me dominaba.
Sus manos suaves subieron acariciando por encima de mi bikini mi concha la cual se humedece instantáneamente, yo con la voluntad perdida me di la media vuelta y comencé a besarla apasionadamente, sus labios y los míos se perdían en un perfecto beso, ese beso que ella tanto deseaba y ahora lo tenía.
S: ¡¡Que rico besas!!
C: ¿Te gusta?
S: ¡¡Tienes una boca muy rica!!
Sus manos subieron mi vestido quitándomelo con desenfreno, nuestras bocas se devoraban mutuamente, metió sus manos dentro de mi bikini acariciando mis nalgas y tetas, lentamente nos fuimos hacia su cama donde me tiro mientras se despojaba de su atuendo de playa.
C: ¡Que lindo cuerpo!
S: Sabia que te gusta la tortilla, mamacita ahora te haré mía.
Comenzó besándome los pies mientras sus suaves manos me despojaron la trusa, luego subió por mis pantorrillas, rodillas y muslos, los saboreaba todo, eso me ponía muy excitada, me mojaba cada vez más y más.
Yo solita me quité mi brasear y comencé a acariciar su espalda suave mientras su lengua ya estaba saboreando mis entre piernas, pequeños gemidos salían de mi, finalmente me estaba entregando a esa extrovertida mujer.
S: ¡Que hermosa concha, es como la imaginaba!
C: ¿¿Qué le vas hacer??
S: Te la voy a probar hasta ahogarme con ella.
C: ¡¡¡Dios!!!
Sus labios empezaron rozando mis labios vaginales, su lengua se hizo paso en mi concha buscando mi clítoris con desesperación.
Su lengua era una experta mamando concha, me tenía retorciéndome como nunca, aclaró que no era mi primer lésbico pero esa chupada era fenomenal.
C: ¡¡Ah!! ¡¡Que rico, uhm!!
S: Eso amor, retuércete.
Soraya era muy buena, mi clítoris duro y mojado estaba en su boca mientras sus manos apretaban mis pezones yo tomaba su mano derecha y lamía sus dedos como si de pollas se trataran, eso hacía más rico el monto.
Lentamente besando mi abdomen subió hasta perderse en mis tetas, las cuales besaba, mordía y lamía con maestría mientras dos dedos de ella ya estaban dentro de mi vagina entrando y saliendo con fuerza.
Me besaba el cuello mientras nuestras piernas se rozaban, me dijo que me diera vuelta boca abajo, y sin sacarme sus dedos su lengua recorría mi espalda hasta llegar a mis nalgas, las cuales besaba, lamía y mordía deliciosamente.
S: Que ricas nalgas, duras paraditas, como las deseaba.
C: ¡¡Pues gozalas, uhm!!
Me puso a cuatro patas y mientras tres de sus dedos entraban con fuerza su lengua saboreaba mi ano el cual empezaba dilatarse por lo excitada que estaba.
C: Uhm, que rico, ¡¡agh!!
S: ¡¡Que sabroso culo te cargas, uhm!!
Su lengua se daba paso en mi estrecho ano, yo me agachaba con todo empinándome para su deleite sus cuatro dedos ya me tenían en la lona, estaba a nada de sentir un rico orgasmo.
C: Así uhm, no pares, que rico, uhmm, ¡¡que rico!!
S: Como me excita lo caliente que eres, uhm, ¡¡¡goza mi amor goza!!!
No pude resistir más, tuve un riquísimo orgasmo, me retorcía como gusano mientras esa mujer sonriendo y excitada saboreaba mi venida.
C: Ah, que rico, ¡¡agh!!
S: Así bebe, déjate venir, ¡¡¡así!!!
Apenas reposaba mi orgasmo cuando ella se acostó y abrió sus piernas, una vagina húmeda y depilaba me esperaba ansiosa de ser devorada.
Sin pensarlo me lancé a besarle los muslos, los recorría con desesperación, jamás había gozado tanto de besarle las piernas a una mujer, pero Soraya me tenía loca.
S: ¡¡Que rica boquita, uhm!!
C: Tienes una piel muy suave, me encanta.
Sin duda más me lancé a mamarle su concha, la succionaba como aspiradora, la abría para saborear su jugoso clítoris, sin dudarlo era la mejor concha que había probado.
S: ¡¡Así!! que rico, Cindy no pares.
C: ¡Sabes delicioso bebe!
Saboreaba su clítoris con mi lengua recorría de su vagina a su ano como si la estuviera acicalando, ella solo gemía y se retorcía lo cual me fascinaba.
Ya encarrerada y sin estimularla mucho le metí dos dedos en su ano y con mi otra mano apretaba su jugoso clítoris lo cual la tenía gimiendo como la puta que es.
S: Así mi amor, ay que rico, no pares, Cindy, ¡¡no pares!!
C: ¿¿Te gusta mucho??
S: Si, me encanta, uhm, ¡¡ay!
La puse en cuatro y mis dedos continuaban su trabajo, al mismo tiempo mi lengua saboreaba sus duras y morenas nalgas hasta su espalda, que rico me cogía a esa mujer.
Acelere mis movimientos de mis dedos, ella escurría y se retorcía, se tiró boca abajo y yo como loca metía y sacaba hasta que logré que se viniera y tuviera un rico orgasmo.
No le di tiempo de nada, le abrí las piernas y nos acomodamos para unas tijeras, su concha palpitante y la mía rozaban fenomenal mientras nuestras lenguas se enrollaban fantásticamente.
C: Soraya, que rico, ¡¡uhm!!
S: Cindy, eres la mejor, uhm, ¡¡agh!!
Movíamos nuestras caderas en una coreografía majestuosa, me subía en ella, ella me besaba el cuello, mordía mis tetas, eso me tenía loca, de verdad era la mejor experiencia lésbica de mi vida.
Me acostó en la cama, levantó mis piernas y comenzó a embestirme riquísimo, nos besábamos apasionadamente, mis tetas eran mordidas una y otra vez, nuestras vaginas rozaban fantásticos, me tenía en la gloria.
C: Mi amor, ah, así, agh, me vengo, ah, ¡¡me vengo!!
S: Sí nena, que rica estás, vengámonos juntas, uhm, ¡¡ah!!
Entre sensuales y bruscos movimientos ambas terminamos nuevamente, el orgasmo fue incalculable, yo babeaba de placer, terminó encima mío besándome
Una vez recuperadas nos aseamos, arreglamos y salimos rumbo a la playa, en el camino íbamos riendo contentas después del rico sexo que tuvimos, al llegar ellos como si nada nos habían pedido unas piñas coladas, ambas brindamos por el rico momento que vivimos.
Con cariño, Cindy.
Imagen únicamente de carácter ilustrativo para este relato erótico…
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