Relato erótico amiga de mi esposa deja que le vea los pezones y…

Esta vez les platicaré de algo que me pasó con una de las mejores amigas de mi esposa. Como ustedes saben por otros relatos eróticos, hemos vivido experiencias muy eróticas en las que ella ha sido quien “se ha portado mal” por así decirlo, pues las dos veces ha tenido mi consentimiento.

Hace poco fue a comer con su amiga, a quien llamaremos Lucía, a un restaurante en el centro de la ciudad. Cuando regresó me platicó que la pasaron muy a gusto y que platicaron de muchas cosas, entre ellas que su vida sexual (de Lucía y su esposo) no es muy buena en estos momentos, pues dejan pasar mucho tiempo para tener relaciones. De acuerdo con Lucía, la culpa es de los dos pues no hacen un esfuerzo para mantener viva la llama y todo lo que hacen es muy rutinario. Andrea me dijo que Lucía le pidió consejos para poder salvar su relación, es decir, le preguntó qué es lo que hacemos nosotros para siempre estar con ganas de “coger”.

Andrea le dijo que a nosotros nos gusta mucho fantasear con otras personas, a imaginarnos que tenemos sexo con personas que conocemos. Le comentó que a mi me prende mucho que ella se vista sexi y sobre todo que sus blusas sean escotadas y que se le marquen los pezones, que eso hace que se me pare de inmediato y que ella debería intentar hacer cosas por el estilo, ser más atrevida. De hecho, me confesó que le dijo que unos pezones marcados hacen que cualquier hombre tenga una erección, que no nomas yo, y que ella lo ha comprobado.

Les confieso que cuando Andrea me estaba platicando me puse algo caliente, pues el solo saber que ellas hablaron de mis erecciones me hizo volar la mente. También me prendió imaginarse a su amiga con los pezones marcaditos y por supuesto la confesión de mi esposa respecto a que ha comprobado que a cualquier hombre se le para con unos pezones marcados.

En fin, un día Andrea tuvo que salir a trabajar fuera de la ciudad y me dijo que Lucía pasaría a la casa para dejar algo que hace mucho le había prestado (una plancha para el cabello) y que la necesitaría cuando regresara de su viaje pues acudiríamos a un convivio de su trabajo.

Ese día Lucía me llamó para asegurarse de que yo estaba en casa. Cuando llegó cuál sería mi sorpresa que estaba usando una blusa que marcaba claramente sus pezones. Las tetas de Lucía están muy ricas, había olvidado decirlo, son tamaño mediano, un poco más grandes que mediano, pero nada exagerado, muy parecidas a las de Andrea, mi esposa. Cuando abrí la puerta sin pensarlo voltee a ver sus pezones, imposible que ella no lo haya notado.

De inmediato reaccioné y disimulé un poco. La invité a pasar. Mi verga estaba súper parada, pues recordé la plática que habían tenido y de los consejos de Andrea, Lucia sabía perfectamente que se me pararía al verla.

Le ofrecí algo de tomar y ella aceptó un vaso de agua. Se sentó en la sala por un momento en lo que se tomaba su agua. Yo me senté frente a ella para conversar un rato. Yo vestía un pantalón de mezclilla algo ajustado y un bulto de inmediato se dejó ver, la tenía muy parada y no quise acomodármela, quise que ella se diera cuenta. Cuando ella hablaba yo fingía que me hacía para un lado para tomar algo que estaba a un lado del sillón para que mi verga se notara más y ella me la pudiera ver sin pena al yo tener mi mirada en otro lado.

Yo también hacía como que no quería verle los pezones y de repente dejaba que ella me descubriera, yo de inmediato volteaba para otro lado. En fin, fueron unos minutos muy excitantes. Cuando se despidió le di un abrazo y la apreté un poco, nada exagerado, para que ella pudiera sentir mi verga y yo sus tetas. A ella pareció no molestarle e incluso le saqué una pequeña sonrisa de nervios.

Andrea llegó esa tarde de su viaje. Después de mi cena del trabajo, regresamos a casa y le di una cogida muy rica, pues todo el día había estado muy excitado. Cuando estábamos cogiendo, no pude evitar y le platiqué a Andrea que se me había parado con Lucia, que fue algo que no pude evitar pues vestía una blusa que dejaba ver sus pezones.

No le di muchos detalles, solamente que eso me excitó mucho. No sabía cómo reaccionaría pues no es común que fantaseemos con sus amigas, sorpresivamente eso la prendió mucho y me preguntó si creía que ella vestía esa blusa para calentarme o si simplemente es lo que traía puesto cuando me trajo la plancha para el cabello. Estuve a punto de decirle que yo le dejé ver mi verga y que ella me vio viéndole los pezones, además de que nos sentimos al despedirnos, pero no lo hice, le dije que no lo sabía y que tendríamos que comprobarlo después.

En su calentura, Andrea me dijo que le pediría que llevara algo a la casa a una hora que ella supiera que yo estaba solo para ver si ella vestía algo similar, yo de inmediato acepté la propuesta. Al siguiente día, Andrea ya no estaba segura de querer hacerlo, pues me dijo que la noche anterior estaba muy caliente y que no sabía si quería que involucráramos a su amiga en nuestros juegos. Yo de inmediato le dije que deberíamos de hacerlo, que no tenía que pasar nada, que solamente lo haríamos para excitarnos y poder hablar de ello cuando estuviéramos cogiendo. Ella me dijo que estaba bien, que lo haría una vez más.

Pasó una semana para que Andrea hiciera la llamada, pues de nuevo tuvo que salir de viaje. Le pidió prestado un vestido para un evento de mi trabajo (lo cual era cierto) y que por favor pasara a dejarlo en una de sus salidas, que yo estaría en casa. Ese día Lucía me llamó como la primera vez, para asegurarse de que yo estaba en casa.

Mi verga ya estaba parada solamente de imaginarme que de nuevo podría ver los pezones de Lucía a través de su blusa. Cuando tocó el timbre y abrí la puerta mi verga creció aun más, pues en esta ocasión además de tener marcados los pezones su blusa estaba escotada y vestía un pantalón súper ajustado con una blusa amarrada a su cintura. La invité a pasar, no sin antes acercarme a darle un beso y poder rozar sus tetas. Yo vestía un pantalón de mezclilla, pero en esta ocasión con unos boxers para que mi verga se notara más.

mostrando pezonesLe serví un vaso de agua y en varias ocasiones la dejé que me descubriera viendo su escote y sus pezones. Cuando estábamos platicando sonó el timbre de la puerta y ella de inmediato se puso la blusa que llevaba amarrada de su cintura, lo que me hizo comprobar que no deja que todos la vean así. Al ver que solamente era alguien que ofrecía un producto, ella disimuladamente se quitó la blusa.  Platicamos largo rato y en varias ocasiones la sorprendí viendo mi bulto, el cual se notaba mucho pues ya no podía más. No aguanté más y le dije que se veía muy bien con esa blusa. Ella se sonrió y me dio las gracias. En ese momento no me importó y le dije de nuevo que de verdad se veía  “muy bien” pero sin dejar de ver las tetas. Ella me respondió diciendo “ tú crees?”

Le dije que no creía, que estaba seguro y que para muestra tenía que verme, en ese momento le mostré el bulto en mi pantalón. Ella me dijo que ya lo había notado y que le alegra saber que su blusa provoca eso. Sin pensarlo me saqué la verga por la bragueta de mi pantalón para mostrársela. Ella me vio sonriendo y me dijo que lo que estaban haciendo no era correcto (sin dejar de verme la verga), y que si fuera otra la situación en ese momento me la hubiera mamado hasta el cansancio y me hubiera dejado que la cogiera. Se levantó y se despidió de mí con un abrazo, dejando que mi verga rozara su pierna.

Ya sabrán como me quedé ese día. Me hice una paja que duró creo 10 segundos, me vacié de inmediato.

Cuando regresó Andrea le platiqué lo sucedido al recogerla del aeropuerto, sin omitir detalles. No sabía como reaccionaría pues como les dije nunca habíamos contemplado tener experiencias con alguna de sus amigas. Yo creo que fue el hecho de que yo la he dejado portarse mal anteriormente lo que la hizo reaccionar de una manera tranquila.

Sorpresivamente me pidió que pasáramos a la casa de Lucia para saludarla rápidamente. Yo me asusté pues creí que quería reclamarle. Ella me dijo que me calmara, que simplemente seguiríamos con el juego.  Al llegar, Lucia se mostró un poco sorprendida y nerviosa. Luego de darse cuenta que nuestra visita no era para reclamarle nada, se mostró un poco más tranquila.

Nos sentamos en la sala para tomar café. Su esposo no estaba en ese momento. Andrea puso su mano en mi pierna mientras hablaba, y poco a poco la fue moviendo hasta tocar mi verga, luego movía su mano nuevamente.  Sus movimientos eran disimulados, pero al mismo tiempo con la intención de que Lucia se diera cuenta de su travesura. Después del café Lucia nos ofreció vino, con el pretexto de que nos serviría para llegar ambientados a la cena de mi trabajo. Después de dos copas de vino, la mano de Andrea tocaba más seguido mi verga, la cual estaba a punto de estallar. A la quinta copa Andrea me susurró al oído que me la quería mamar, y se rio. Lucia no escuchó, pero se imaginó que Andrea estaba algo cachonda, pues ya su mano no soltaba mi verga.

Ya caliente al extremo, Andrea me empezó a sobar la verga por arriba del pantalón sin disimular, y le dijo a Lucia que se sentara a un lado de mi, que no se hiciera la mosquita muerta (como diciéndole ya sé lo que pasó). Lucia no lo dudó y se sentó a mi lado.

Andrea me sacó la verga y me la mamó de una manera tranquila y a la vez salvaje. Se la sacó de la boca y se la ofreció a Lucia. Lucia me la jaló un momento y luego me la mamó. Andrea tenía una cara de excitación tremenda. Me desvistieron entre las dos, me mamaban la verga de manera alternada, yo no podía creer que tenía a la amiga de mi esposa y a mi esposa chupándome la verga al mismo tiempo (por alguna razón las amigas de las esposas siempre son una fantasía).

Andrea se quitó el pantalón y me montó de inmediato. Yo estaba sentado y Andrea se movía como nunca arriba de mi. Al mismo tiempo Lucia me puso sus tetas en la cara y yo sin pensarlo se las empecé a mamar. Andrea después dejó que Lucia se trepara arriba de mi. Lucia se movía de manera más rápida, desesperada, se notaba que su marido no le da muy seguido, ya que de inmediato tuvo un orgasmo.

En varias ocasiones tuve que pararla para no venirme dentro de ella. Después de que me las cogí a las dos, Andrea me pidió que me parara y que me la jalara hasta venirme y echarles mi semen en sus caras. Ellas se hincaron. Me la jalé como me lo pidió y después de unos minutos aproximadamente les dejé caer todo en sus lindas caras.

Ya que terminé nos vestimos y nos despedimos de Lucia. Fue un momento algo incómodo, pero valió la pena. En el camino Andrea me dijo que seguía caliente pues no se había corrido. Cuando llegamos a casa ya era tarde para la cena de mi trabajo, así es que no tuvimos tiempo de coger de nuevo. Toda la cena Andrea me estuvo diciendo al oído que estaba muy mojada y que estaba muy caliente.

Eso me excitó demasiado, pues sabía que llegando a casa cogeríamos muy rico. Al terminar nuestro compromiso y que nos subimos al coche, Andrea no aguantó más y me jaló a su asiento. Me montó y me empezó a coger. Creo que varios de mis compañeros notaron el movimiento del coche, pero no me importó, eso me excitó más.

Hemos visto a Lucia en un par de ocasiones y todo sigue normal. Andrea me dijo que ellas no han hablado del tema. De hecho Andrea me comentó que hablaría con Lucia  y que le preguntaría si estaría dispuesta a realizar un viaje en parejas, en el entendido de que a donde sea que vayamos nos portaríamos muy mal los cuatro.

 

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