Estábamos en esos días de estudios secundarios, plena adolescencia, íbamos a un colegio público, el Cervantes, como así era conocido, puesto que era el nombre reducido. Obviamente al ser público, dependiente del estado, lejos del puritanismo de la iglesia, teníamos conceptos liberales y en los tiempos que corren, manteniendo el uniforme, nos daban la libertad para llevarlo a nuestro antojo, por lo que todas las chicas, casi sin excepción usábamos las faldas cuadriculadas que se suponían iban a la altura de la rodilla, casi como minifaldas y parecíamos competir a ver quién la llevaba más corta.
Recuero que jugábamos apuestas, para ver quien ‘disimuladamente, como fingiendo no darse cuenta’ dejaba ver la ropa interior al chico que nos gustaba, pero los chicos… inmaduros, pajeros, parecían estar en otro mundo.
En esos tiempos nos llamaban ‘las gemelas tóxicas’, pero Roxana era solo mi prima, y es que donde ella iba yo la seguía, Roxana y Mariela.
Lo de gemelas era porque ciertamente nos parecíamos demasiado, las dos rubias, las dos con el cabello a media espalda, las dos lo teníamos lacio, las dos con la raya al lado izquierdo, las dos delgaditas en demasía y las dos vestíamos exactamente iguales.
Y lo de tóxicas porque ella me había pegado el vicio del cigarro, y en cada momento libre podían encontrarnos pitando a solas en algún sitio apartado.
Pero a pesar de que nos vieran como dos gotas de agua, lo cierto es que Roxi y yo éramos muy diferentes, ella era un poco mayor y coincidíamos en el curso solo porque era repetidora compulsiva, estaba dos años atrasada, ella era locomotora y yo solo vagón de cola.
Yo vivía una vida tradicional, mamá, papá, hermanos, papá trabajaba fuera, mamá ama de casa, y los polluelos estudiando, en cambio por el lado de mi prima todo era diferente. Mi tía, hermana mayor de mamá, se había divorciado de jovencita, después de la llegada de Roxi, y nunca más tuvo pareja estable, eso sí, cada fin de semana tenía un novio de ocasión
Así era normal que mi prima hubiera crecido con pensamientos aun más liberales que yo, su casa era nuestro refugio, siempre a solas a la salida del cole, y nos gustaba andar de fisgonas hurgueteando entre las cosas de mi tía, donde podíamos encontrar lencería erótica, vestidos insinuantes, y algún que otro juguete íntimo, y solo jugábamos a ser putitas y medirnos prendas que no eran nuestras.
No sería de extrañar entonces que cuando ella se pusiera formalmente de novia con Patricio, el hijo del almacenero de la esquina de casa, ya se hubiera cogido al menos cuatro chicos, eso hasta donde yo sabía, mientras yo seguía siendo una pacata virgencita y aunque sonara tonto, estaba dispuesta a entregar mi conchita solo cuando sintiera que estaba enamorada y no al primer tonto que se cruzara en mi camino
Y creo que justamente en ese punto, teníamos el único desacuerdo, yo le decía que dejara de regalarse a cada chico que se cruzara en su camino, que no fuera tan puta porque todos la tomarían como la chica fácil y solo nadie querría un compromiso formal con ella, y que estaba siguiendo los pasos de su madre, ella en cambio, siempre me gastaba bromas por lo puritana que yo era, por lo ‘concha cerrada’ y todos mis preceptos moralistas ya pasados de moda, siempre me decía que ‘olía a humedad’ por el paso del tiempo
Y Patricio era un chico lindo, atractivo, pero en el fondo se me hacía intrigante por las cosas que ella me contaba de sus encuentros íntimos, porque Roxi siempre había sido muy frontal y abierta conmigo, y le gustaba detenerse en detalles
Fue una tarde como cualquiera en la que como casi siempre habíamos ido por su casa, y el tema de conversación sería el que casi siempre teníamos, ‘sexo’.
Estábamos solas, desinhibidas, habíamos dejado los libros del colegio de lado, y el relato de mi prima se hizo caliente, entre como le chupaba la verga, como él le comía la concha y como se la cogía toda, la maldita se tardó largos minutos en describirme como era el semen, su consistencia, su sabor, y como sabía tragarlo, y cuando mi imaginación estuvo rebalsada de imágenes que yo no conocía, solo me sentí completamente mojada.
Ella narraba yendo de un lado a otro en su cuarto mientras yo permanecía sentada en uno de los sillones que estaban por ahí y solo no lo vi venir
Roxana, envuelta en la calentura de sus propias palabras, vino donde yo estaba, se arrodilló entre mis piernas obligándome a abrirlas y me dio un enorme beso en la boca, bien profundo, haciéndome llegar su lengua hasta la garganta, y solo no pude resistirme, sentí nuestras salivas mezclarse y nuestras lenguas acariciarse, nuestras respiraciones se agitaron de repente, entonces ella tomó mis manos y las llevó a sus nalgas, por sobre la pollera, para que la sostuviera con fuerzas y decirme
Ves? de esto se trata…
Me siguió besando por el cuello y bajó lentamente soltando los botones de mi camisa, uno a uno, muy rico, se perdió hacia abajo, por sobre mi sostén primero, por debajo luego, me dejé llevar y una de sus manos se coló discretamente por el frente de mi tanga que estaba ya desbordada en jugos y solo me acarició muy rico, como yo me acariciaba cada noche.
Entonces Roxana intentó colarme los dedos en mi concha y eso me puso a la defensiva, no quería, no de esa manera, cerré las piernas y salté como un gato de ese sillón.
Esto está mal – le dije mientras el nerviosismo de mis dedos no me permitía abrochar los botones -.
Ella empezó a reírse, como un diablillo se ríe de sus picardías, me llevó nuevamente al sillón para que me pusiera en cuatro sobre él, volvió al juego para levantarme la pollerita a la cintura y exclamar al ver el tamaño de mi ropa interior
Por Dios Mariela! que es esto??? le robaste los calzones a la nona Teresa?
Me sentí fatal, pero ella solo lo deslizó entre mis piernas mientras juraba no insistir con mi virginidad, me dio una nalgada, y otra y otra más en mis flacas nalgas.
Nena mala, mala y mala – repetía en un juego que se me hacía erótico.
Roxi empezó a pasar su lengua por ellas y acariciándolas noté que se iba para mi culito, y solo empezó a besarme y lengüetearme el esfínter.
Por acá se puede? – preguntó mientras lo acariciaba y ensalivaba sus dedos.
Mierda, mi prima empezó con uno, luego dos, y al final índice, mayor y anular se habían colado a tope por detrás, entraba y salía una y otra vez, y se sentía tan rico que solo me estaba masturbando y gimiendo, olvidándome de todo el entorno.
De pronto, la perra salió y me dejó como si nada, en el mejor momento y la odié por ello, fue por un cigarro y me convidó con uno, lo que menos quería en ese momento era fumar, se encogió de hombros y ya.
Fue a su cajón de ropa interior, buscó un poco, sacó un pack de tres bombachitas a estrenar, una roja, una blanca y una negra, ella sacó la última y me dijo
Toma, bienvenida al presente!
Me la puse lentamente, era un diminuto colaless y fue raro sentirla por primera vez entre mis piernas, notar como se enterraba entre mis cachetes y notar como estos quedaban completamente desnudos bajo la pollera
Esa noche, en la soledad de mi cuarto, con esa tanguita terminaría lo inconcluso de la tarde, metiéndome tres dedos por detrás y llegando al orgasmo que tenía al caer y la maldita de mi prima solo lo había abortado
Los días siguieron pasando y su noviazgo fue creciendo, y con ello, sin querer, mi relación con Patricio, era común que nos cruzáramos, que saliéramos los tres juntos, que jugáramos juegos de palabras, Roxi solía decirle que me presente alguno de sus amigos, honestamente, yo le pedía eso a mi prima cada tanto, pero Patricio bromeaba acerca de que nadie me gustaría puesto que yo estaba enamorada de él.
A veces iba de compras al negocio de su padre, y nos quedábamos hablando, la mayoría de las veces de mi prima, su novia, pero otras veces solo como amigos, de cualquier tema que saliera a la luz.
Pero en paralelo, mi prima, quien me contaba cada detalle de como Patricio se la cogía, me preguntaba si no me daba curiosidad, aunque sea imaginarlo, y si no quería repetir también lo de esa tarde, cuando estuvimos a solas en su cuarto.
Mi prima era una chica de mente retorcida, en el colegio, cada tanto, cuando nadie lo notaba, solo me levantaba la pollera, para ver que tipo de ropa interior traía, y si, a veces, por su culpa, encontraba alguna coleless, pero otras veces, alguna vedetina que me gustaba y me quedaba cómoda, hacía que ella se molestara conmigo.
Y así también me decía que su novio le contaba sobre mí, pero no sería bueno que se desilusionase por mi ropa interior.
Y yo no lo entendía en ese tiempo, para mi eran una parejita perfecta, pero en el fondo, solo eran compatibles en la cama, y no mucho más, estaban bien juntos, pero ninguno pensaba en compromisos formales y en monogamia.
Fue un viernes por la noche, había quedado en salir con un chico y no encontraba nada atractivo que ponerme para la ocasión, sentí que nada me gustaba, y claro, para eso estaba mi prima, ella siempre tenía ideas geniales y con dos pavadas te hacía ver como una diosa.
Eran casi ya las nueve de la noche, cuando con apuro toqué timbre insistentemente a su puerta, esperando a que ella o mi tía abriese.
Poco después Roxi me recibía con cara de extrañada, no me esperaba obviamente y casi sin saludar me metí adentro, pero entonces la extrañada sería yo, mi tía Ana no estaba, pero si estaba Patricio, y noté que me encontraba en el sitio equivocado en el momento equivocado, Patricio estaba con una camisa toda abierta por el frente y mi prima lucía muy provocativa, y un rico aroma a salsa cocinándose envolvía todo el lugar.
Usé pocas palabras para excusarme, me sentía tonta, pero ellos me dijeron que no importaba, que todo estaba bien, pero a pesar de todo, no podía sacarme ese pensamiento de que era muy inoportuna.
Roxi dijo
Tranquila Mariela! veamos de ponerte rica! además, tendremos el ojo masculino para dar su punto de vista, cierto vida?
Patricio al otro lado tenía una sonrisa marcada en sus labios y levantando una copa de vino dio su aprobación
Ella fue hasta su cuarto por algunas prendas, Patricio y yo nos quedamos a solas y sentí esa incómoda mirada de lobos y corderos, él me preguntó algunas cosas irrelevantes sobre la cita, y en ese momento un mensaje de WhatsApp me dejaba saber que Leandro, el chico con el que saldría, terminaba de cancelarme.
Cuando mi prima volvió con algunas ropas en sus manos, yo estaba maldiciendo mientras Patricio se mantenía al margen
Es todo una mierda – maldije en voz alta – los interrumpí, en vano, me siento una tonta
Pero no… no te preocupes! – retrucó Roxana – está todo bien! por qué no te quedas con nosotros?
No, no, – respondí – por favor, me siento incómoda
Patricio que se había mantenido al margen intervino entonces
Vamos Mariela!, donde vas a ir ahora? es tarde! además, la cena está a punto y hay comida de sobra!
Entre idas y vueltas, lograron convencerme y solo nos quedamos cenando unos ricos fideos con salsa roja y un vino tinto muy tentador
Creo que ya habían dado las doce de la noche cuando nos encontramos sentados en el living, sin quererlo había quedado al medio de ellos, hablando pavadas y bebiendo copas tras copas, hasta que solo dije lo que quería decir
A veces los envidio, sabían?
Ellos sonrieron sin entender, esperando a que me explayara
Bah! – dije – no en especial a ustedes, sino en general a las parejas estables, yo nunca tuve un novio formal
Parecían no entender dónde iba, tomé un trago para darme valor y entonces aceleré
Digo, imagino, dos personas que están todo el día juntos, seguro deben coger muy rico, cierto?
De pronto toda la atmósfera se había vuelto densa, miradas pícaras, beber con disimulo, rostros de pecados, risas cómplices, una de las manos de Patricio estaba sobre mi muslo, cerca de la rodilla, casual, solo me sobaba lentamente ante la atenta mirada de mi prima.
Roxana se levantó y fue a poner música en la radio, pasó por un par de emisoras y llegó de casualidad a un regaetton pasado de moda, pero que, en nuestros días, encerradas en su cuarto, lo usábamos para ‘perrear’ moviendo el culo, imaginando hacerlo delante de algunos chicos, situación que nunca se concretaría.
Nos miramos y nuestras miradas lo dijeron todo, nos reímos, cómplices en recuerdos y ella dijo
Te acordás?
Y de inmediato sacó cola a nuestro lado y empezó a revolear el culo, me reí a carcajadas y ella dijo
Vamos! no me dejes sola!
Y fui a su lado y solo empezamos a hacer lo que siempre habíamos hecho, solo que ahora Patricio, su novio, era un chico real y no solo imaginado.
Fueron tres minutos tan cómicos como calientes, porque ambas revoleábamos la cola de un lado a otro mientras él solo observaba como un tonto, boquiabierto, con el vaso de vino como congelado en su mano
Roxi entonces vino a mi lado, como aquella tarde, sin decir nada solo me apretujó y empezó a besarme muy rico, muy caliente y ya solo me dejé llevar, ahora sonaba un tema un poco más lento en la radio, lo cual era ideal para bailar en forma más melosa, y que nuestros movimientos se hicieran sexuales, empezó a desnudarme poco a poco y solo lo hacía lo mismo con sus prendas, dejando caerlas lentamente ante los ojos inquietos de su novio
En un rapto de miedo natural le dije en voz baja al oído
Roxi… recuerda que aun soy virgen
No te preocupes, – respondió muy segura de si misma – imaginamos como sería este momento muchas veces con Patricio, el ya lo sabe y tenemos planes para vos.
No alcancé a repreguntar, puesto que el dúo de baile se había transformado en un trío y sentí mi corazón palpitar con fuerzas cuando el ponía su pija dura entre mis dedos y sus besos comían a mis labios, y solo nos empezamos a besar entre los tres, de a rato con Patricio, de a ratos con Roxi, y de a ratos solo me tocaba observar como ellos lo hacían.
Mi prima me tomó por un brazo y me arrastró con ella al piso, me miró y me dijo.
Mirá, así se hace…
Y solo empezó a chuparle la pija muy rico, profundo y me relamí los labios en inocultable deseo, solo se detuvo, me miró y dijo.
Quieres?
Y casi sin pensarlo me había tomado por la nuca y me había metido la verga de su novio en la boca, sentí su glande esponjoso jugar en mi lengua y me pereció mejor a lo que siempre había imaginado que sería, es cómico, pero tenía miedos de hacerle mal, pero mi prima me empujaba en forma sádica más y más adentro. Luego ella que manejaba el juego, la sacó para lamerla por fuera, recorriendo de punta a punta ese miembro duro, invitándome luego a que yo la imitara. Roxi vino a besarme y se dio un juego muy rico, besos compartidos entre nuestros labios y su pene, solo alternando, solo jugando.
Patricio hizo que ambas nos pusiéramos de pie y fuimos los tres al dormitorio de nuestra tía, donde había una cama matrimonial y todo era tan loco como peligroso.
Me encontré de repente tumbada sobre el colchón, con Patricio chupándome la conchita muy rico, mientras mi prima me miraba a los ojos, ella gozaba con mi goce, y dulcemente acariciaba la suavidad de sus pechos contra los míos, sus pezones filosos parecían rasgar mi piel y me llenaba de escalofríos, luego llevaba sus labios contra los míos, me preguntaba si me gustaba lo que me hacía su novio y si no me sentía puta por hacer lo que hacía.
Roxana entonces, sin mediar palabra y en forma imprevista pareció abandonar el juego, solo se retiró y se sentó a un costado, completamente desnuda, se acomodó con sus piernas abiertas, y pareció convertirse en la directora de una película condicionada, mi rostro de lado la miraba directamente a los ojos, y su mirada caliente parecía quemarme, mientras su novio hacía maravillas entre mis piernas.
Cerré los ojos, unos segundos, no podía, solo no podía, me contraje, exploté, mi primer orgasmo real en la boca de un hombre!
Al abrirlos entre jadeos y la respiración entrecortada, Roxi se acariciaba los pechos y su entrepierna como yo misma me acariciaba y vi en ella a esa gemela de la que todo el mundo hablaba
Sentí que Patricio se colocaba un preservativo al tiempo que me acomodaba en cuatro patas, de manera que mi rostro se enfrentara el de mi prima, él a mis espaldas tanteaba entonces mi puerta trasera, y diablos, ahhh! no podía con la intriga y empezó a intentar meterla por mi culito.
Duele! duele! duele! – protesté porque si realmente me dolía
El me dio un tiempo y me dijo que me relajara, que aflojara y no apretara hacia dentro, puesto que así sería imposible.
Le pedí que lubricara más y traté de hacerle caso, volvió a probar, pareció ir más fácil, ya no dolía tanto, y cuando quise darme cuenta su rica pija se había metido en mi culo por completo.
Lo sentí extremadamente rico, muy rico, mi primera experiencia, y Roxi gemía en su masturbación por lo que hacía su prima con su novio, me encantaba la escena y me tocaba los pechos y mi clítoris y en un rapto de locura pedí en forma de exigencia.
Hijo de puta! sacate le forro! quiero que me llenes de leche.
Patricio no lo dudó, se quitó el preservativo y conseguí lo que deseaba sentir su carne en mi carne, y mi esfínter se llenó de gozo al recibir la eyaculación completa dentro de mis intestinos.
Se daría una situación cómica y nueva para mi, mis intestinos estaban llenos de aire y no pude evitar escupir como si fueran gases, con mucha leche que tenía en mi interior, fue vergonzoso, pero ellos solo se rieron cómplices.
De alguna manera, Patricio sería mi primer chico en la cama, el novio de mi prima.
Roxi me confesaría que de la misma manera que ella me contaba todo a mi sobre su novio, pues también le contaba a Patricio todo sobre mí, sabía de mi virginidad, sabía que no me negaría a un anal, y parece que siempre habían imaginado esa situación, puesto que mi prima, la liberal, la putita, no le entregaba la cola.
El encuentro volvería a repetirse en algunas oportunidades, pero ya nunca sería lo mismo de la primera vez, no tendría la impronta de ese encuentro improvisado y siempre fue rico, pero nunca fue lo mismo.
Incluso en alguna charla a solas, Patricio trataba de seducirme, sin importar que en verdad fuera el novio de mi prima, era obvio, yo aun era virgen, y además le entregaba el culo, que más podía pedir?
Ellos terminarían en no mucho tiempo, era obvio que sucedería, un historia de un metejón sexual pero con poco amor, y con su final también llegarían los días de distanciarnos, las personas crecen, los tiempos cambian y solo se sigue por caminos diferentes.
Tendría algunos noviecitos, hasta que llegaría Victor, mi primer amor verdadero, a quien le entregaría mi conchita y quien se volvería loco por mi experiencia en juegos con la cola, pero claro, eso es ya parte de otra historia.
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Imagen únicamente de carácter ilustrativo para este relato…
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