Durante años he leído historias eróticas deseando en muchas de ellas ser su protagonista, pues mi vida sexual la verdad había sido algo monótona, tanto antes de casarme pues no tuve muchas novias ni experiencias locas, como después de casarme pues con mi esposa no hacíamos nada fuera de lo normal y con el tiempo (más de diez años de casado) las relaciones sexuales se fueron volviendo cada vez más esporádicas y monótonas.
Por esto y motivado por historias que leída sobre tríos, intercambio de parejas, exhibicionismo me anime a proponerle a mi esposa tener nuevas experiencias, comenzando desde luego con propuestas pequeñas de arriesgarnos a tener relaciones en el balcón o con las cortinas abiertas, dado que vivimos en un vecindario más bien solo sin casas cercanas, llegando incluso a proponerle encuentros con otras personas, recibiendo siempre de parte de mi esposa respuestas negativas.
Una mañana cuando despertamos por alguna razón comenzamos a hablar de sexo y le dije que yo tenía una fantasía y ella me contestó que sabía cuál era, pero que eso no iba a suceder, por lo que le indague qué cuál pensaba ella era esa fantasía que creía que yo tenía y rápidamente sin pensarlos mucho me contestó que un trio, por lo que le volví a preguntar que como creía ella que estaba conformado ese trio y me respondió pues que por dos mujeres y un hombre, agregando que ella no iba a estar con otra mujer.
Escuchado eso le aclaré que mí fantasía de trio no era el estar yo con dos mujeres, sino hacerle el amor a ella entre dos hombres y más aún verla hacerlo con otro, a lo cual ella dudó y exclamó -¿será que lo hago?-, siendo la primera vez que accedía así fuera con duda a alguna de mis fantasías propuestas.
En ese momento la cosa quedó así, pero luego en la tarde ella me dijo que lo había pensado y que creía que eso era infidelidad y que mejor no lo hiciéramos, por lo que yo le contesté que si era una fantasía de los dos y desarrollada entre los dos no era infidelidad, dado que ambos queríamos lo mismo, sin concretar ese día si lo haríamos o no.
Pasado algunos días yo le volví a insistir respecto de la fantasía a lo cual ella no me respondía nada, llegando a pensar que nunca la haríamos realidad.
Pasado un tiempo cuando estábamos haciendo el amor, ella encima de mí pues esa es una de las posiciones que más le gusta, de un momento a otro exclamó -pídeme lo que quieras-, y yo le respondí “usted sabe que es lo que yo quiero” sin volver a decir nada más en ese momento.
Al otro día cuando nos levantamos la abrace y le dije al oído, yo quiero un trio en donde estemos los dos con otro hombre y ella me respondió que bueno, por lo que le indague que como le gustaría que fuera ese hombre y ella me dijo -tu sabes cómo me gustan-, pues ella en ocasiones ante preguntas mías, me había dicho que le gustaban los hombres jóvenes, altos, atléticos, no muy musculosos y blancos.
Le pregunte además si le gustaría alguien conocido o desconocido y me dijo que mejor desconocido, pero que lo buscara yo.
Me puse entonces con la ayuda de internet a buscar una persona con esas características y al término de un tiempo di con alguien que reunía el perfil, nos pusimos una cita en un sitio público de la ciudad en donde vivo que se encuentra situada en el centro de Colombia, no es una ciudad muy grande y por eso me daba algo de susto que resultara ser alguien conocido, pero afortunadamente no fue así.
Pactamos la reunión en un sitio público de no mucha afluencia de personas, la idea era primero conocernos él y yo para verificar que cumplía la características y luego si conocernos con mi esposa, además le pedí que llevara un examen de VIH y que igualmente yo llevaría los nuestros, para evitar daños a nuestra salud.
Llegada la hora pactada que fue un día martes sobre las una de la tarde nos encontramos en el lugar acordado que era un parque o plaza. Yo llegué unos minutos antes y ya cuando faltando unos dos minutos para la hora acordada vi llegar un vehículo y de este descendió un hombre de unos treinta años, alto como de 1.80 mt, delgado, atlético, de tez blanca, bien vestido, es decir, de apariencia muy agradable; de inmediato él también me vio de acuerdo a mis características, es decir, un hombre de unos 40 años de estatura media, contextura media, tez blanca.
Cuando nos encontramos le sugerí pese a que no había mucha gente en el lugar, que habláramos en el interior de uno de los vehículos y nos subimos al mío.
Ya en el vehículo nos presentamos él me dijo que se llamaba Camilo y yo le dije que me llamaba Juan, me preguntó que si ya habíamos tenido experiencias de este tipo y yo le contesté que no, le pregunté lo mismo y me dijo que había tenido tríos pero no con parejas casadas.
De inmediato me preguntó que de quien era la fantasía, qué si mía o de mi esposa y yo le dije que más mía pero que los dos la compartíamos y también me preguntó que como era mi esposa y yo se la describí como una mujer de 35 años de 1.65 mt, delgada, blanca, cabello castaño, con buenas caderas y senos pequeños.
También llevando él el ritmo de la conversación me preguntó que como le gustaba a mi esposa hacerlo y yo le dije que a ella le gustaba hacerlo con delicadeza, de cierta forma llevar el ritmo y la iniciativa, que por lo general le gustaba comenzar encima del hombre, pero que también le gustaba ponerse en cuatro y que por lo que yo había notado no le gustaba mucho besar o mamar penes, lo cual le dije para que si se daba el encuentro no la fuerza a forzar a hacer algo que ella no quisiese.
Hablamos un rato más y concertamos otra cita para conocernos los tres, no sin antes revisar cada uno los exámenes del otro encontrando que todo estaba bien.
Fue así como llegó la hora de la cita un viernes en la noche en un bar de la ciudad al que no va mucha gente. Primero llegamos mi esposa y yo y a los diez minutos llegó Camilo.
Cuando entró noté en mí esposa una mirada de aprobación, se sentó en nuestra mesa y comenzamos a hablar sin tocar el tema inicialmente; nos tomamos unos tragos que nos fueron relajando, hasta que yo propuse el tema y dije – bueno que piensan de hacer lo que hemos hablado- y Camilo dijo que por él encantado que Johana mí esposa estaba muy hermosa y le gustaba, a lo que ella contestó -pues a eso vinimos- mostrando un poco de timidez.
Yo pregunté entonces que para cuándo y Camilo tomo la iniciativa y propuso que porque no de una vez, si todos estábamos de acuerdo y habíamos venido para eso, sugiriendo que nos fuéramos para otro sitio proponiendo un motel, mi esposa no decía nada y yo dije pues que también me parecía, pedimos la cuenta y procedimos a salir llevándonos una botella de licor.
Cuando salimos nos dimos cuenta que teníamos dos vehículos, por lo que yo propuse que fuéramos a un parqueadero cercano a guardar el nuestro, en parte para no ser vistos entrando al motel, pero también le dije a Johana que se fuera en el carro con Camilo con la idea que fueron ganando confianza aprovechando que estarían solos y así fue.
Yo arranqué primero y a los pocos minutos llegamos al parqueadero en donde estacione el vehículo y luego me subí al asiento de atrás del carro de Camilo. Ya en camino para el motel noté a mi esposa más relajada, había hecho una conexión con Camilo y se reían y él con disimulo le cogía la pierna y ella se dejaba.
Mi esposa se había puesto por sugerencia mía un blue jeans apretado que le resaltaban sus caderas bien formadas y una blusa transparente de color negro que dejaba ver su brasier del mismo color.
Cuando llegamos al hotel todos estábamos como indecisos de como comenzar, por lo que Camilo sugirió que porque no hacíamos un juego con cartas procediendo a sacar un juego que llevaba y propuso que el que fuera perdiendo se quitaba una prenda, yo dije que sí pero que yo decía que prendas se quitaba Johana, que Johana decía cuales se quitaba Camilo y Camilo decía cuales me quitaba yo y así empezamos.
Primero perdió Johana y yo dije que se quietara los zapatos, eran unos zapatos negros bajitos pues no le gustan los tacones altos.
Después perdió Camilo y ella dijo que se quitara la camisa, cuando se la quitó se vio su pecho, abdomen y brazos bien formados.
Luego volvió a perder Johana y yo le dije que se quitara el blue jeans, lo cual hizo haciendo un pequeño baile dejando ver sus piernas, cadera dado que llevaba unas tangas de color negro muy pequeñas.
Ya luego fuimos perdiendo Camilo y yo, pues de mi parte trate de perder para no desvestir a mi esposa muy rápidamente, quitándose él los zapatos, medias, el pantalón quedando en unos bóxer que ya dejaban percibir el tamaño de su pene y yo también quedando en ropa interior pero yo llevaba unos más clásicos tipo tanga, pues nunca me han gustado los bóxer, dejándose ver desde ahí que Camilo estaba mucho mejor dotado que yo.
Ya en ese punto el siguiente que perdió fue Camilo, quitándose sus bóxer y dejando en evidencia un pene de 18 cm, grueso que la verdad se veía muy provocativo, cuando paso eso no puede evitar ver como Johana se asombró abriendo la boca y llevándose la mano a la cara diciendo -hay dios mío-.
Luego perdió Johana y yo le dije que se quitara el brasier procediendo a ayudarle, quedando ella con sus senos pequeños pero muy bien formados expuestos los cuales se veían a través de su blusa transparente, observándose también sus pezones rosaditos bien parados.
Acto seguido perdí yo y me quité lo único que me quedaba, exhibiendo mi pene de apenas 13 cm que se veía diminuto al lado del de Camilo. Ahí en ese momento cogí una botella de que habíamos estado tomando y propuse cambio de juego y comenzamos a hacer rodar la botella, pasando lo siguiente:
En el primer turno la base quedó hacia mí y lo boca de la botella hacia Johana, por lo que le pregunté a ella -¿la verdad o se atreve?- y respondió que se atrevía y Camilo dijo bésala. Por lo que procedí a darle un beso largo en donde cruzamos nuestras lenguas, notando que estaba excitada.
En el segundo turno la botella quedó nuevamente la base hacia mí y la boca hacia Camilo, procediendo a hacer la pregunta de rigor a lo que respondió la verdad. Le pregunté si le quería hacer el amor a Johana y respondió que sí, que era una mujer hermosa.
En el tercer intento la base quedó para Johana y la boca para Camilo, por lo que le pregunte a Camilo que si la verdad o se atrevía y dijo que se atrevía, correspondiéndome a mí decir que hacer y le dije a Johana que le besara los pezones a Camilo.
Como estábamos sentados en el piso ella se puso en cuatro y se acercó a Camilo colocando su mano entre sus piernas muy cerca de su pene, luego le beso sus dos pezones y al retirarse lo miro a los ojos y noté como aprovechó para rosarle con su mano su pene erecto y luego se sentó de nuevo en su lugar.
El cuarto intentó la base de la botella quedó hacia Camilo y la boca hacia mí, me hicieron la pregunta de rigor y yo contesté que la verdad, Johana me preguntó que si lo estaba disfrutando y yo respondí que sí.
El quinto turno de nuevo quedó la base para Johana y la boca para Camilo, por lo que él preguntó a ella – verdad o se atreve- y ella dijo – me atrevo-, dado que yo había notado que Johana no paraba de mirar el enorme pene de Camilo, le dije que se lo besara.
Como estábamos sentados en el piso Camilo se inclinó para atrás y abrió sus piernas y Johana se puso en cuatro y se acercó lentamente a Camilo procediendo a cogerle el pene y luego empezó a darle pequeños besos que fueron aumentando su intensidad hasta llegar a saborearlo y meterse toda la punta de su pene en la boca, se lo metía y lo sacaba, a lo cual Camilo decía que qué mamada tan rica.
Pasado por ahí un minuto yo dije basta, sigamos con el juego pues observaba que se iba a calentar la cosa y quería que durara más, pensando en ese momento para mí que equivocado estaba con la prospección que tenía que a Johana no le gustaba mamar.
En el siguiente turno la base de la botella me tocó a mí y la boca a Johana y Camilo dijo que le introdujera un dedo en su vagina.
Procedí a acércame y corriéndole la tanga lentamente fui masajeando e introduciéndole un dedo, acto que no me dio mucha dificultad pues estaba muy mojada, masajeándola unos treinta segundos más o menos, logrando incluso introducirle más de un dedo.
El siguiente y último turno la botella quedó en la misma posición (La base para mí y la punta para Johana) y esta vez a la pregunta Johana respondió la verdad y yo le pregunté de inmediato que si se quería acostar con Camilo y me respondió sin vacilar – me muero de ganas-.
Dicho esto procedí a decirle a Camilo que se acostara en la cama lo cual hizo y a mí esposa le dije que se pusiera de pie, estando ya así procedí a quitarle las tangas y luego le quité la blusa, la cogí por detrás y le acaricie sus senos, le di un beso en la mejilla buscando su boca y luego la lleve de la mano a la cama y le dije que se subiera encima de Camilo, lo cual ella hizo comenzando a introducirse ese enorme pene.
Cuando ya lo tenía adentró comenzó a moverse y a gemir como nunca lo había hecho con migo, Camilo le cogía los senos y ella los acercaba a su boca para que se los besara y luego lo beso en la boca y tuvo su primer orgasmo.
Luego Camilo la puso en cuatro y comenzó a darle duro, aumentando sus gritos de placer, mientras yo la intentaba besar, sin que ella fuera capaz de responder mis besos, cambiando al cabo de unos tres o cuatro minutos, ella boca arriba y el encima, comenzando Camilo a metérselo lento y luego duró hasta que Johana volvió a llegar por segunda vez lo cual él también hizo.
Ahí se quedaron un rato extendidos en la cama besándose y yo me acosté al otro lado quedando Johana en el centro, yo la besaba en su espalda, ella volteaba más creo que por pena que por ganas pues estaba extasiada con Camilo y me besaba, pero rápidamente volvía a brazos de su amante.
Luego Camilo dijo que porque no nos metíamos al jacuzzi, procediendo los tres a ir, pero primero mientras yo lo llenaba él y Johana se dieron cada uno una corta ducha por separado.
En el se sentaron Camilo y Johana más bien juntos y yo en frente de los dos, comenzamos a beber algo y notaba como por debajo del agua Johana le acariciaba el pene a Camilo que le comenzaba a crecer de nuevo, mientras tanto Camilo de manera inesperada comenzó con su pie a tocar mi pene, cosa que Johana notó pero al contrario de lo que yo esperaba no dijo nada.
Ya cuando el pene de Camilo estaba otra vez bien duro, Johana le dijo que se sentara en el borde del jacuzzi comenzando de nuevo a mamárselo y cuando ya llevaba un rato me hizo señas con su mano que me acercara.
Yo acudí y ella cogiéndome la cabeza por detrás me fue acercando lentamente al pene de Camilo y me decía -mira que pene tan rico, si supieras como sabe-, paraba y me besaba y luego seguía y de un momento a otro me empujó quedando mi boca pegada al pene de Camilo el cual procedí a mamar!.
Nunca había mamado un pene, pero me produjo una sensación de excitación increíble, lo mamaba con ganas y sentía como Camilo gemía más fuerte, de un momento a otro Camilo me cogió debajo de los hombros y me jalo hacia arriba y me sentó a su lado, procediendo Johana a coger los dos penes y a mamarlo por turnos, masajeando con sus manos el que no tuviera en la boca, aunque le dedicaba más tiempo al de Camilo.
Mientras tanto Camilo suavemente me volteo la cara y me dio el beso más espectacular de mi vida, que me ocasionó que me viniera, luego de venirme Johana le dijo a Camilo que se lo volviera a meter ya que yo no había aguantado y ella tenía ganas, volteándose contra el borde del jacuzzi, él se acomodó por detrás y se lo metió de nuevo por un rato, mientras yo le veía su cara de placer y escuchaba como gemía, luego él se sentó adentro del jacuzzi y ella se le sentó encima y se movía lentamente…
Él la besaba en la boca y le cogía y besaba los senos, yo intenté besarla por detrás y ella me apartó bruscamente, diciéndome que todavía no era mí turno, ella fue aumentando la velocidad de sus movimiento procediendo instantes después a tener otro orgasmo, parando unos segundos pero sin sacarse el pene de Camilo.
Luego comenzó a moverse otra vez hasta que Camilo volvió y llegó ya por segunda vez en el interior de Johana. Luego de Camilo llegar dentro de Johana, ella paró de moverse y le dio algunos besos con ternura, luego se bajó y se sentó en la mitad del jacuzzi.
Yo no sabía que decir y a ella le costaba mirarme, sin embargo como estábamos sentado nuestras piernas se cruzaban teniendo contacto todos con todos, de un momento a otro Johana se fue hacia mí y me beso y me preguntó que si todavía la amaba, yo le contesté que sí y yo le pregunté lo mismo y ella me dijo que mucho más.
De ahí nos servimos otros tragos y comenzamos a hablar diferentes cosas, Johana le preguntaba a Camilo que si había tenido experiencias similares y Camilo le decía que un trio así nunca lo había tenido y así fue pasando el tiempo, ya el agua se fue enfriando y nos salimos procediendo a secarnos y a acostarnos en la cama nuevamente con Johana en el medio y nos echamos una manta encima.
Johana comenzó de nuevo a besarnos a ambos, prestándome ya un poco de más atención a mí, pasado un rato noté movimientos por debajo de la cobija que me hacían pensar que de nuevo ella había cogido el pene de Camilo, de un momento a otro ella le preguntó a Camilo que si estaba listo, cosa que me parecía extraña porque cuando nosotros lo hacíamos ella no pasaba de una vez, máximo dos y se dormía.
Camilo le dijo que si, que estaba listo para lo que quisiera y ella volteo hacia mí y me dijo – ahora si es tu turno amor-, cogió la manta y la tiro al piso y se paró de la cama, luego cogió varias almohadas y me dijo que me acostara boca abajo en ellas y cogiendo de la mano a Camilo le dijo – quiero que hagas una mujer a mi esposo- y él se me montó encima y comenzó a tratar de metérmelo, pero me dolía, por lo que ella dijo que paráramos.
Yo me reincorpore sentándome en la cama y Camilo comenzó de nuevo a besarme y a cogerme los pezones, cosa que me causaba una sensación increíble, luego Johana se fue hacia una parte de la habitación donde habían unos productos y cogió un preservativo y una crema o aceite especial y volvió y dijo a sus posiciones muchachos, le puso el preservativo a Camilo y yo me volví a acostar boca abajo y ella me untó en el ano y a Camilo en su pene que ya tenía el preservativo puesto ese aceite.
Luego el comenzó de nuevo, logrando poco a poco introducirme su pene, mientras tanto Johana me cogía duro de la mano y al oído me decía que tranquila que estaba con un macho que sabía lo que hacía, ya cuando lo tenía todo adentro comenzó a meterlo y sacarlo produciéndome eso un placer indescriptible que me hizo llegar de nuevo, tanto que me puso a gemir como una mujer.
Camilo me seguía dando, hasta que Johana le dijo que parara porque yo no estaba acostumbrado, lo sacó y ella le quitó el preservativo y me dijo que nos arrodilláramos en la cama y juntos comenzamos a mamársela a Camilo, pero ella le dijo que cuando se fuera a venir la leche era para mí y así fue…
Cuando se vino me echó su leche en mi cara y mi boca, probando por primera vez el semen un hombre. Luego Johana comenzó a besarme y a quitarme con su lengua el semen de Camilo, diciéndome que esos eran los besos más ricos que había recibido de mí.
Ya luego nos fuimos del motel en el carro de Camilo rumbo hacia el parqueadero donde yo había dejado nuestro vehículo, pero esta vez Johana me dijo que el asiento del copiloto era para mí y Camilo me cogía la pierna. Luego nos despedimos todos de beso en la boca y yo me fui con Johana para la casa y esa noche dormimos abrazados como nunca lo habíamos hecho.
Pasados unos meses Johana y yo seguimos nuestra vida normal, aunque nuestras relaciones sexuales mejoraran notablemente en calidad y cantidad, sin embargo por alguna razón evitábamos hablar del tema de nuestra experiencia con Camilo.
Una mañana cuando despertamos Johana se me acercó y me empezó a besar en la mejilla y en la oreja y con su mano me comenzó a masturbar.
Ya cuando notó que tenía mi pene bien erecto me dijo al oído que ella tenía una fantasía y me preguntó qué si estaba dispuesto a cumplírsela. Yo de inmediato aunque desconocía de que se trataba le contesté que por supuesto que lo que ella quisiera y de igual forma susurrándome al oído me dijo – yo quiero que me des permiso de irme un fin de semana completo con Camilo- , agregando que ella lo había estado soñando desde el encuentro que tuvimos.
Yo lo pensé por unos segundos y aunque me entraron un poco de celos le contesté que sí y ella me dijo seguidamente que en compensación y para ser justos luego ella me daba permiso para que yo también tuviera un fin de semana con Camilo, a lo cual yo le respondí que bueno, pero que ella le dijera a Camilo si quería ese fin de semana conmigo, pues a mí me daba pena preguntarle.
Dicho eso me dijo que llamara a Camilo, dado que ella no tenía su contacto para concertar esa cita con ella, yo lo llamé y le conté lo sucedido y el de inmediato dijo que claro, que cuando ella quisiera se iban juntos, aunque me preguntó que yo que pensaba y le dije que no se preocupara que disfrutaran los dos. De ahí yo le di el teléfono de Camilo a Johana para que entre los dos cuadraran los detalles.
Luego de unas dos semanas más o menos un día viernes mí esposa cuando nos íbamos a acostar me dijo, -amor mañana me recoge Camilo temprano, tienes algún problema con eso- agregando que si me molestaba ella lo cancelaba, a lo que yo le respondí que no, que estaba firme en mi decisión, ella me abrazó y aunque intente hacerle el amor esa noche ella me detuvo y me dijo que descansáramos que le esperaba una faena dura y necesitaba guardar fuerzas y se durmió abrazándome.
Sobre las 5 A.M del otro día sonó su despertador y ella se levantó, se bañó y se vistió. Yo me levanté e hice desayuno, luego llegó Camilo y yo le abrí la puerta y lo invité a entrar.
Le pregunté que si ya había desayunado y me dijo que no, por lo que lo invité a la mesa y comencé a servirles el desayuno, estando ahí los dos bajó del segundo piso Johana, cuando le faltaba una escala todavía para terminar de descender, ella saltó y cuando cayó al primer piso sonó duro y ambos volteamos a mirarla, de inmediato noté lo sensual que se había vestido.
Llevaba para empezar por lo menos impactante unos tenis brillantes (pues a ella no le gustan los zapatos altos y además iba de viaje) y un vestido nuevo suelto de una tela que se veía muy suave y delgada que le llegaba hasta la mitad de sus muslos y le dejaba ver sus atributos como sus caderas y sus pequeños senos, percatándome de inmediato que no llevaba puesto brasier, pues se le alcanzaban a notar sus pezones parados. Eso me impactó pues a menudo yo le pedía que se vistiera así y ella no me daba gusto.
De todas formas no le dije nada, ella sonrió y dio una vuelta y preguntó que como estaba (mostrando algo de pena picara) a lo que ambos contestamos que estaba muy hermosa, de inmediato saludo a Camilo que se había puesto de pie dándose un abrazó y un beso en la boca, los invité a sentasen en la mesa de nuevo corriéndole yo la silla a Johana, observando como al tomar asiento su vestido se subía dejando casi todos sus muslos al descubierto, cosa que me hizo imaginar ya conociendo a Camilo como iba a aprovechar en el carro para tocar las piernas de Johana y quien sabe que más.
Ya luego desayunaron y ella acosó para que se marcharan, vi también que llevaba una pequeña maleta desconociendo que ropa había empacado.
Según me dijeron iban para una ciudad ubicada a unas cuatro horas de distancia de la nuestra, solamente yo les indique que por favor me avisaran cuando llegaran, para tener la tranquilidad que habían llegado bien, saliendo sobre las seis de la mañana.
Faltando un cuarto de hora para las doce del día recibí una llamada de Johana en donde me decía que ya habían llegado, le pregunté qué porque de la demora, pues se habían tardado más de la cuenta y me dijo que era que habían hecho varias paradas, sin darme más explicaciones.
Ya el día domingo sobre las ocho de la noche llegaron de nuevo, descendieron ambos de vehículo, Camilo la trajo hasta la puerta y me dijo aquí te la devuelvo sana y salva, se dieron un beso en la boca mucho más largo que el del dia anterior y se despidieron. Esa noche de nuevo Johana me abrazó y se quedó dormida en mis brazos.
Pasaban los días y yo no me atrevía a preguntar nada de ese encuentro, pero Johana comenzó una vez por semana cuando hacíamos el amor a introducirme un juguete por el ano cosa que me gustaba y que interprete como una preparación para mi encuentro con Camilo, aunque yo no preguntaba nada respecto si ella me iba a cuadrar esa cita…
También a partir de su regreso comenzó a pedirme que le hiciera sexo oral, lo cual me parecía extraño pues aunque ya lo habíamos hecho muchas veces, no era algo que a ella le gustase mucho, pero algo nuevo que me pedía era que le metiera la lengua hasta donde más pudiera y yo lo hacía hasta donde me daba, pero ella seguía pidiendo que se la introdujera más, luego le daba como desespero por no poder accederla más con la lengua y me pedía que la penetrara.
Pasados unos tres meses y Johana me dijo -bueno ahora es tu turno-, ya arreglé con Camilo que tú te vas este fin de semana con él, pero hay algo que no te he dicho.
Yo le pregunté que era y ella me contestó que cuando le había propuesto a Camilo que estuviera un fin de semana con migo, él le había dicho que él tenía una fantasía y era hacerlo con un hombre vestido con prendas femeninas, pero que le deba vergüenza proponérmelo, diciéndome ella además que se lo debíamos a Camilo porque él nos había ayudado en nuestras fantasías, que yo que pensaba y le contesté que bueno, pero le pregunte qué de donde iba a sacar esas prendas y ella me contestó de manera picara, tranquila, ya te las compré y están empacadas en la maleta que vas a llevar al viaje.
Al día siguiente se repitió la historia pero al revés, yo fui el que me levanté temprano y me organice y Johana se levantó a hacerme desayuno. Cuando llegó Camilo yo no había bajado y ella me gritó de la cocina que bajara y le abriera que estaba ocupada, yo le abrí y lo invité a entrar.
Ya cuando estaba dentro de la casa Johana salió de la cocina pero noté que se había cambiado la pijama y se había puesto una que yo no le conocía, era una bata cortica, transparente que dejaba ver sus senos y unas tangas diminutas que tenía puestas a lo que Camilo exclamó “te pusiste la pijama que te regale” y ella nos dijo a ambos -esto es para que me piensen – y nos dio desayuno a los dos.
Cuando terminamos de desayunar, viendo yo como se había vestido Johana dije en voz alta, -esa pijama no se puede desperdiciar- y a continuación le propuse que porque no subía al cuarto un rato con Camilo para que te despides de él, ella sin decir nada sonrió y cogió de la mano a Camilo y se lo llevo para nuestro cuarto y al cabo de unos dos minutos ya estaba escuchando como gemía Johana de placer.
Esperé unos cuatro o cinco minutos y procedí a subir y vi como Camilo la tenía boca abajo acostada en la cama, dándole sin misericordia, luego ella se acostó boca arriba y él volvió y le introdujo su pene llegando juntos al cabo de unos dos minutos.
Se quedaron ahí juntos un minuto más, yo sentado al borde de la cama y ella le dijo a Camilo, que se bañara porque se tenía que ir, él se paró se fue para el baño, se arregló y antes que saliéramos Johana le dijo a Camilo – Oye Camilo, me la cuidas mucho -, Camilo sonrió y a mí me dijo –
Amor, disfruta mucho tu fin de semana, yo disfrute el mío – dicho esto procedimos a salir, quedando Johana desnuda en nuestra cama.
En el camino le pregunté a Camilo que porque se habían demorado tanto en llegar a la otra ciudad en el viaje con Johana y me contestó que desde que salieron él le había comenzado a manosear sus piernas e incluso un poca más y que ella no se había aguantado y le había pedido que se lo hiciera en el carro, al decirme eso yo no lo podía creer porque en muchas ocasiones yo le había propuesto a ella lo mismo y siempre se había negado, pensando para mí que yo no conocía en realidad bien a mi esposa, aunque eso me excitaba, por lo que le dije a Camilo que me dejara mamárselo en el mismo lugar.
Más adelante se desvió por una carretera auxiliar y parando debajo de un árbol que daba buena sombra me dijo aquí fue, cuando llegamos al lugar, Camilo me contó que al ellos llegar ahí, Johana se le había pasado para su puesto, sentándosele encima mirándolo a él, que de inmediato él le había metido las manos por debajo de su vestido y que lo primero que había encontrado eran unas tangas de amarrar, que había jalado de los hilos y la tanga quedó desabrochada, procediendo a retirársela con cuidado, que al pasar esto, Johana ella misma se había quitado el vestido por la cabeza y así quedó en cuestión de segundos totalmente desnuda.
Volviendo a nosotros, nos bajamos y primero me beso del tal forma que me dieron escalofrió, luego me arrodille y desabrochando su pantalón comencé a besarle su pene hasta que se puso erecto y se vino en mi boca, en esta ocasión todo su semen entró en mí y me lo trague.
Ya luego llegamos al hotel y llamé a Johana y me dijo que porque de la demora y le contesté, tu sabes y se rio, me dio un beso por teléfono y nos despedimos.
En la habitación yo le dije a Camilo que le tenía una sorpresa, que me esperara que iba a entrar al baño. Ingresé me desnude y abrí la maleta que me había empacado Johana y comencé a colocarme las prendas que me había comprado.
Primero me puse unas medias de malla hasta los muslos, luego unas tangas de una tela suave que cubrían bien mi pene y parte de las nalgas, un brasier negro y un vestido completo que me llegaba hasta los muslos, luego una peluca rubia y por ultimo unos tacones altos, prendas que me quedaron muy bien porque desde que Johana me contó su fantasía yo comencé a hacer ejerció con regularidad y había bajado unos kilos y mis piernas y glúteos se habían puesto firmes.
Le grite a Camilo que si podía salir y me dijo, claro amor sal y abrí la puerta y deje que me viera, él ya estaba desnudo en la cama con su pene totalmente erecto y de inmediato se me abalanzó y comenzó a besarme en la boca, luego por el cuello, me tiró en la cama y me dijo ponte boca arriaba mi amor y yo lo hice de inmediato, él me quitó las tangas y me lubricó mientras me decía – amor esta vez cuando te lo meta quiero que no dejes de mirarme a los ojos – dicho esto comenzó a introducir su pene en mí sin quitarme la demás ropa, yo no aguantaba la emoción y gemía como toda una hembra hasta que no pude más y me vine, no obstante el siguió dándome, luego me hizo ubicar en cuatro y de nuevo comenzó a darme duro, me lo metía con ganas mientras me decía – te amo princesa- y continuo haciéndolo hasta terminar dentro de mí, siendo esa la primera vez que sentía la leche caliente en mi interior.
Luego me quitó el vestido y quedándome yo solamente con el brasier y las medias de malla puestas, se acostó a mí lado y hablándome al oído me decía lo linda que estaba y que quería que fuera su novia, yo le respondí que sí y me acariciaba por todos lados.
Fue pasando el día, luego fuimos a la piscina del hotel pero ahí actuábamos como dos personas heterosexuales, luego volvimos a la habitación y me dijo que nos bañáramos juntos que me iba a invitar a salir, nos metimos a la ducha con agua caliente y él me enjabono por todas partes y yo hice lo mismo, nos besábamos y nos quedamos abrazados por un rato largo con los ojos cerrados dándonos algunos besos esporádicos; Luego salimos nos vestimos normal aunque yo me puse las tangas que me había dado Johana, cenamos en el hotel y luego me invitó a un bar.
Cuando llegamos al bar yo empecé a ver que el ambiente era extraño, habían hombres con hombres y mujeres con mujeres, le pregunté qué clase de bar era ese y me contestó que un bar gay, que estuviera tranquila.
Al calvo de un rato ya estaba más relajando, nos habíamos tomado unos cocteles e incluso habíamos bailado muy juntos un par de canciones, cuando de pronto entro al bar un hombre alto de 1.85 mt, muy musculoso con una camisa apretada que dejaba ver todos sus atributos, era de tez morena y cuando vio a Camilo se acercó y lo saludo de abrazó, preguntó si se podía sentar en la mesa y Camilo le dijo que sí, la silla donde estábamos era un sofá en forma de U que rodeaba la mesa y este hombre se sentó al lado mío, quedando yo entre Camilo y esta persona.
Estando ahí él me saludo dándome la mano y me dijo mucho gusto me llamó Antonio, yo le dije igualmente y le di mi nombre, me preguntó qué relación tenía con Camilo y no le supe que responder, pero de inmediato Camilo contestó, te presentó a mi novia y Antonio me preguntó que si era cierto y yo le dije que sí.
En ese momento Camilo dijo ahí los dejó voy al baño, agregando que si queríamos bailáramos y Antonio de inmediato me tomo de la mano y me invitó a bailar, yo no sabía qué hacer, pero me pare y cogido de la mano de él salíamos a la pista.
Ya en la pista el me apretó fuerte contra su cuerpo, quedando mi cara contra su pecho y me envolvía con sus brazos enormes, yo estaba emocionado y asustado a la vez pues además notaba como la gente nos miraba pues Antonio llamaba por su porte mucho la atención, lo que me daba un poco de vergüenza.
Estando bailando Antonio fue lentamente deslizando su mano por mi espalda y la ingresó por la pretina de mi pantalón tocándome el glúteo por encima de mi ropa interior que desde luego notó que era de mujer por lo suave de la tela y acercándose al oído me dijo, ya entiendo tú no te llamas Juan, te llamas Juanita a lo cual yo no decía nada.
También me dijo que él tenía un trato con Camilo que consistía que ambos permitían que el otro le hiciera el amor a sus novias, pues ambos eran activos y muy machos, dicho eso se acabó la canción y de inmediato nos sentamos, nuevamente yo quedé en el medio de los dos, pues Camilo ya había regresado a la mesa.
Antonio le dijo a Camilo, que bien baila tu novia y él le contestó que yo estaba a la orden para cuando él quisiera bailar con migo, yo no podía creer lo que estaba pasando, estaba siendo tratada como toda una perra, pero eso me excitaba aún más, luego Camilo le dijo a Antonio que si quería nos íbamos los tres para su hotel para seguir la velada, sin siquiera consultármelo, me cogió de la mano y dijo vámonos que ya la cuenta esta lista, procediendo a salir los tres del lugar rumbo al hotel.
Ya en el hotel ingresamos y Camilo me dijo, amor ponte presentable para nuestro invitado, no seas descortés y yo toda obediente ingresé al baño y me puse la ropa que Johana me había empacado, es decir, las medias de malla, el vestido enterizo corto , el sostén, los tacones y la peluca, luego salí y ambos me decían que bella estaba.
Luego pusieron música y me pidieron que les bailara y cada uno bailó una pieza de música con migo, cuando estaba bailando la última canción con Camilo él comenzó a subirme el vestido y Antonio me acariciaba las nalgas diciéndome que ricas estaban, luego se acercó y me abrazó por detrás quedando yo en el medio, no sé cuál de ellos me quitó el vestido por la cabeza, quedando en ropa interior, luego ellos se desvistieron quedando Camilo en bóxer y Antonio con unas tangas masculinas diminutas que denotaban lo grande que debía ser su pene y me hicieron arrodillar en frente de ellos.
No me tuvieron que decir nada más, yo ya sabía lo que me correspondía hacer, primero cogí y le baje los bóxer a Camilo pues era mi novio y pensé que era lo correcto exhibiéndose de inmediato su enorme pene de 18 cm que yo ya conocía bien y luego fui hacer lo mismo con Antonio pero esta vez él me cogió las manos y me dijo – quiero me las bajes con los dientes – por lo que cogí y mordí sus tangas por un lado procediendo a bajarlas poco a poco hasta sus mulos, de ahí ya me ayude con las mano, hecho esto vi el pene de Antonio, una cosa impresionante, más largo y grueso que el de Camilo.
No perdí más tiempo y comencé como loco a chupárselos, primero con el de Camilo y luego con el de Antonio y alternaba. Luego Antonio me colocó en cuatro y comenzó a lubricarme y luego me lo metió, yo gemía de placer y Camilo se retiró a un costado de la habitación y cogió su teléfono celular.
Yo pensé que iba a hacer un video lo cual no me importaba en ese momento, pero se me acercó y me puso a ver un video, o sorpresa, en el video estaba Johana acostada en la cama con Antonio encima dándole duró, se escuchaba como gritaba de placer diciendo “si, si hazme así”, el video estaba editado, pues se veía que era la última parte porque ella estaba sudada como si le hubieran estado dando ya por mucho rato, observándose como Antonio se venía dentro de ella, pero no se bajó de Johana, procediendo ella a acariciarle su cabeza y a besarlo apasionadamente como dándole las gracias, yo no lo podía creer, pero a la vez eso me emocionaba, tanto que no se si por la metida de Antonio o por el video me viene y Antonio riéndose dijo, ya son dos novias putas tuyas que hago venir y agrego que no sabía cuál de las dos era más puta, si la de hace tres meses refiriéndose a Johana que dijo le suplicaba que se lo metiera o que si yo, aunque dijo que a ella si se lo había podido meter todo y que yo estaba más durito.
Luego paro y me lo sacó, se quitó el preservativo que se había puesto y se masturbo en mi cara. Terminado eso Camilo me hizo bañar y cuando salí con una toalla puesta en todo el cuerpo como si fuera una mujer, él me la quitó y él me hizo el amor delante de Antonio que cogió su celular y nos filmó, volviendo a llegar dentro de mí por segunda vez.
Ya nos quedamos tendidos en la cama Camilo y yo y Antonio estaba totalmente desnudo sentado en un sillón al lado de la cara pero de frente a nosotros, comenzamos a hablar de diferentes cosas y Amonio prendió el televisor y comenzó a pasar canales viendo diferentes cosas.
Cuando ya había pasado una media hora más o menos, no sé si por Bluetooh Antonio se conectó con el televisor y comenzó a transmitir el video que nos había hecho a Camilo y a mí, viendo esos todos nos comenzamos a excitar el pene de Antonio se puso duro y con su voz gruesa me dijo – ven y me lo mamas amor – aunque me moría de ganas, yo mire a mi novio quien de inmediato respondió – que esperas amor, ya te dije que no seas descortés con nuestro invitado -, por lo que de inmediato me arrodillé enfrente de Antonio que estaba sentado en la silla y comencé a mamárselo, aprovechando también para tocarle esos enormes muslos que parecían piedras, Antonio es un hombre espectacular por donde uno lo toque es duro como una roca
La verdad fue una mamada muy larga, pues casi no consigo que se venga, recibiendo esta vez todo el semen de Antonio en mi boca. Terminado eso, Antonio descanso un rato y luego se bañó, se vistió y se fue, dándome a mí un beso en la mejilla y con Camilo chocaron los puños.
Al otro dia yo no era capaz de recibir otra verga dentro de mí, la verdad me dolía, entonces jugamos un rato y luego nos devolvimos para nuestra ciudad. Camilo me llevó a mi casa y me entregó a Johana diciendo aquí te traje a Juanita sana y salva, nos besó a ambos y se marchó.
Esa noche ambos dormimos juntos sin contarnos cada uno lo que pasó en nuestras respectivas citas, aunque yo conozco su secreto.
Después de haber vivido estas experiencias la relación entre Johana y yo ha evolucionado hasta el punto de volvernos más amigos a amigas.
Aunque hacemos el amor, la verdad ya hablamos más, invertimos más tiempo en consentirnos y hacernos cosas como masajes con cremas, mascarillas e incluso hablamos sobre hombres y nos mostramos algunos que nos parecen lindos.
Cualquier inquietud para las personas que lo deseen o hayan vivido experiencias similares y las quieran compartir, mi correo es
[Correo visible para usuarios registrados]
Deja un comentario