Relato caliente de un voyeur que termina en un trio hmh

Esta noche salimos a cenar fuera, a un restaurante con una zona chill-out en la parte trasera y una terraza con sofás donse se puede tomar una copa o un té moruno riquísimo. También se puede fumar en cachimba.

P se ha vestido para la ocasión: minifalda estrecha y top, sin bragas ni sujetador, para que se le marquen los pezones y el aire le quite el calor.

Con los postres delante y una botella de vino vacía, comienza el juego. Nos ha valido la excusa de percatarnos que tú estás sentado en la mesa de enfrente y no has parado en ningún momento de mirarle las tetas, por eso se sienta de lado y da comienzo el espectáculo.

Abre y cierra las piernas lentamente, saludando a quien la mira de frente. Se levanta de la silla y avanza entre las mesas paseando contoneos sugerentes. Cuando pasa delante de ti, sonrie, guiña un ojo y hace un gesto con los dedos. En sus labios lees tres sílabas: sí-gue-me.

Tardas unos segundos en creértelo pero reaccionas a tiempo. Te levantas de sopetón y sigues el camino indicado mientras yo me pongo a tono disfrutando de la anticipación.

Imagino y espero, no más de diez minutos, hasta que no me aguanto más las ganas de unirme a la fiesta que me encuentro tras la puerta del baño de caballeros, presente en una escena que nos incluye a los tres, vosotros entregandoos al magreo lujurioso y yo de voyeur.

P se ha quedado sin top y lleva la minifalda arremangada hasta la cintura, como un cinturón. Aún desde la distancia, os observo a los dos, ella subida al lavamanos abierta de piernas, tú arrodillado y con la cara hundida en su entrepierna.

Ella gime mientras la saboreas, le besas los labios jugosos, lames sus fluidos, rodeas su clítoris con la punta de la lengua, repasando las letras del abecedario.

Me deshago de los pantalones y la camisa. Señora, caballero, cuenten conmigo.

Me uno ofreciéndome a P, que me mira extasiada y se inclina para besarme el bulto que esconden mis calzoncillos. Se arrodilla con tu cara entre sus piernas para arrancármelos a mordiscos.

Abre la boca y los ojos, que me miran fijamente mientras se la traga entera. Lame y se relame repasándome la polla con gusto mientras hundes tu lengua en su coño abierto para llegar profundo.

relato caliente voyeurEstirado en el suelo, sigues lamiéndole el higo, pero me la miras con deseo mientras te pajeas. No tardas en arrodillarte a su lado, mirándome desde abajo. Se la quitas de las manos y la boca para sentirla en tus manos y probarla con tu boca.

Me la comes del capullo a la raiz y me limpias los huevos a lametazos. Tus labios, tu lengua, tu boca, se funden con la de P cuando os besais chupándomela a la vez.

Te levantas y te quedas de pie a mi lado. Me besas y siento el sabor de mi polla aún en tu boca mientras P juega con nuestros rabos. Va de uno a otro, como en un partido de ping pong.

Su lengua recorre nuestras pollas tiesas y venosas de arriba a abajo. Hasta se las mete juntas, una por cada lado.

Vuelves a cambiar de perspectiva. P sigue atendiendo mi nabo arrodillada mientras el tuyo la penetra desde detrás. Sus gemidos de placer resuenan en la piel tersa de mi polla llenándole la boca de un placer que la hace estremecerse.

Desde arriba veo como te agarras a su cintura para poder embestirla sin que se caiga, como te inclinas para sobarle las tetas pellizcándole los pezones prietos, como le manoseas el coño lleno con tu falo zumbando en su interior, como le muerdes el pescuezo susurrándole a la oreja palabras sucias que te la ponen más grande y más dura:

«Eres mi fantasia perversa, mi swinger casada, mi esposa compartida en trio con amigo dotado, mi puta de noche por un dia, la madre que un desconocido se follaria en un baño público junto con su marido; envidio a ese cabrón con rabia y admiración, es un tipo con suerte; y tu una zorra con las tetas firmes y la lengua caliente, y con un coño suave y jugoso.

Mi verga entera te penetra con todas las ganas que tengo de follarte hasta que digas que pare. Córrete a gusto sintiéndote sucia y rastrera, demuestra que tu cuerpo es tuyo y haces con el lo que quieras. Sé mi pornostar personal, probemos experiencias nuevas, porque este extraño con un buen nabo va a probarte por detrás.»

Me estiro en el suelo para que P pueda sentarse a horcajadas sobre mi, cabalgando mi verga alzada. Te arrodillas para separarle las nalgas y lubricarle el culo.

Con un balanceo, deslizas la polla en la raja metiéndosela poco a poco, pero P pide con un suspiro más adentro. Con el coño y el culo dilatados, exige ritmo y embestidas.

  • Metédmela más fuerte, más rápido, más profundo…

Hasta que se corre entre alaridos y nos brinda el final feliz perfecto.

Se arrodilla ante nosotros, abre la boca y nos mira a los ojos, se amasa las tetas con las manos…

  • Correos en mi cara, guarros!

Imagen de caracter ilustrativo para el relato caliente voyeur que termina en trio.

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