Hola, les voy a relatar una experiencia vivida hace ya unos cuatro años, el primer trio sexual con mi esposa, mi actual esposa. Sin querer hacer muy extenso el relato pero sin perder de vista los hechos como se fueron dando, voy a tratar de ser lo más breve posible.
Por ese entonces hacia unos cuatro años que ya vivíamos juntos, después de dos años de novios. Mi esposa Gisela tenia 32 años, pelo castaño oscuro, de 1.65 mts del altura, ojos claros, delgada, con una cola bien marcada y atractiva y unos pechos medianos muy lindos.
Yo me llamo Alejandro, tenía 31 años, de 1.78 mts de altura, pelo castaño claro, ojos claros, delgado y me considero apuesto. Vivimos en Córdoba.
Las fantasías sexuales y las maratones de sexo eran muy frecuentes al principio, después menos repetidas pero si más intensas y elaboradas. En distintas ocasiones hablando con algunas copas encima o comentando sueños xxx al despertarnos, las fantasías estaban a la orden del día y eran variadas, algunas con gusto de uno y otras compartidas, pero al fin eran solo fantasías.
A veces tenía algunas fotos xxx en mi compu y a ella le llamaba la atención y a veces miramos una película xxx a elección entre los dos, antes de empezar la acción.
En una oportunidad, nos despertamos y Gise me cuenta sobre lo que soñó, un sueño húmedo que ella había tenido (o era excusa para purgar el morbo). Me comenta que en el sueño estaba teniendo relaciones conmigo y otro hombre desconocido y que yo le pedía que haga tal o cual cosa y bueno, quedo ahí.
En otra oportunidad, le pedí cumplir una fantasía de estar con ella y otra mujer y hablando el tema (ambos somos muy abiertos y disfrutamos mucho), le pido de ver de lanzar la oportunidad con una amiga de ella y compañera de trabajo que es re puta, solíamos salir y se levantaba algún tipo o si estábamos con algún amigo mio bailando en un boliche o divirtiéndonos, generalmente terminaba en la cama con él.
Pero esto no se llegó a concretar ya que la amiga se mudó a otra ciudad y no dio el tiempo o la oportunidad, pero era posible y se hubiese dado sin problemas.
En otra ocasión hablando de hacer prendas o pidiéndonos cosas, tenemos esta conversación:
A: Yo te quiero pedir una fantasía (era referente a una ropa íntima).
G: Ya se…
A: Que es???…
G: Querés invitar a tu amigo a la cama y que esté con los dos…
A: No, es otra cosa, además eso no te lo aguantas vos.
G: Jajaja, ustedes dos no se la bancarían (y el tema quedó ahí). Pero que es lo que me querés pedir?.
A: Te quiero comprar una prenda y que vos la uses en un momento que me sorprendas, no previendo (porque pierde el encanto y el erotismo).
G: Bueno pero vamos y la elegimos los dos (es muy quisquillosa respecto cómo le queda o no la ropa).
A la tarde de ese día salimos a tomar un café por el centro y luego aprovechamos y nos sacamos el fetiche de ir a un sexshop ubicado cerca del centro que es grande y muy completo, también reservado y oculto.
Nos pusimos a ver y ya entre en confusión de tantas alternativas que había. Tenía de todo tipo de ropa erótica. Lo que a mí me interesaba era alguna tanga abierta o similar. Entre idas y vueltas que cada uno elegía algo distinto, fuimos eligiendo algo más común para los gustos de los dos.
Era una tanga (parecida a la de la foto) que tenía el pubis al descubierto con una tela abajo que apenas tapaba los labios de la vagina, yo quería una abierta abajo pero a ella le rozaba y le irritaba, al igual que las que vienen con cierres. Así que llevamos esa, además tenía un volado arriba rojo (no rosa como la foto) y atrás se ataban los hilos y quedaba colocada la tanga.
Quedamos, como habíamos dicho, que me iba a sorprender cuando la tenga, porque además ella no se depila todo y se tenía que hacer la depilación del pubis porque quedaba al descubierto y ella solo acostumbra a mantener el bello corto y arreglado pero no afeitado.
Un tiempo después, una tarde de un sábado que salió de trabajar, compró en el centro una peli para ver y era “Dos más dos”, de una pareja que se meten en el mundo swinger (muy conocida). La vemos y más allá de la comedia y el entrenamiento (está muy buena la peli y la recomiendo), se pone a hablar y empiezan los desafíos a ver quién se animaría y hasta qué punto, por los celos y el morbo.
Al final nos pusimos a ver por internet del tema y vimos todas las variables y posibilidades y yo le dije que como ella me quiso regalar un trio con la amiga tiempo atrás y estaba dispuesta a hacerlo, yo no quería ser egoísta y estaba dispuesto a un trio con otro hombre. Lo único que tenía que ser alguien que no conozcamos y que no lo veamos de nuevo.
Ahí empieza la puesta en común de cual sería el supuesto que nos guste a los dos y quedamos que si algún día pasara, ella tenía que tomar la iniciativa y tenía que ser algún chico joven sin experiencia y del agrado de ella y que yo no me pondría celoso ya que me daba ganas y morbo el tema, solo que ella tenía que controlar la situación y que sea para placer de ella más que para mí, todo sin tabúes hasta donde ella quiera, porque yo no iba a poner peros ni reproches, por el contrario lo disfrutaría tanto como ella lo disfrute.
Terminamos la charla y le dije que si algún día lo quería hacer que estrene la tanga nueva y yo entendería el mensaje, pero el tema quedó como una charla más que un objetivo.
Un par de meses después, cumplimos los cuatro años de vivir juntos y no habíamos podido salir a celebrar a causa del trabajo, así que postergarnos hacer una salida buena (con cena, joda y todo, para disfrutar de una linda salida).
Así que al fin de semana próximo saldríamos (todo esto alrededor de cinco meses que compramos la tanga). Un día antes me pide que la ayude a afeitarse, porque no tenía ganas de ir a depilarse ya que se irrita y le molesta (mas sabiendo ella lo que estaba tramando). Se rasura el pubis (por primera vez desde que vivimos juntos), pero solo hasta el monte de venus, y abajo recorta el bello y la ayudo a afeitarse con delicadeza la ingle, dejando bello en los labios para evitar molestias.
En el pubis, como se le hacía pintas rojas por la afeitada, yo le recomiendo ponerse (y eso es fundamental en lo que se desenvuelve luego) una crema after shave de NIVEA, que uso para después de afeitarme para que no se me irrite la piel, es una crema con fragancia y es blanca. Al colocarle, se genera en mi mente una situación muy excitante porque parecía que le ponía semen y ella notó que yo estaba pensado eso y bromea, a lo que yo le digo que habría que probar con leche a ver si también servía. Me tenía loco con eso, yo quería coger urgente pero tuve que esperar.
A la noche del día acordado nos estábamos preparando para salir y ella se pone un culote de encaje muy lindo y sexy y me pide que salga de la pieza para que ella termine y yo la vea ya toda cambiada y lista para salir.
Salgo y al rato sale ella. Estaba con una remera larga tipo vestido, ajustada, que llega hasta arriba de las rodillas y de bajo una calza para salir y tacos altos, además de toda súper producida.
En ese momento pensé que era raro porque con calzas siempre usa tangas pero ni me imaginé que esa noche iba a ser la sorpresa, ya que cuando salgo del dormitorio ella se cambia la ropa interior y se pone la tanga. Mientras yo conducía el auto hacia un lugar para cenar, ella como muy chanta me pregunta si no me parecía nada raro y le dije que no.
Ahí me dice que esa noche era especial para los dos así que sabemos cómo empieza pero no como termina y se había puesto la tanga. Yo ahí me di cuenta que no me falló la intuición y enseguida le meto la mano y ni lo podía creer, sabía que esa noche no iba a ser una noche loca más, sino como ella dijo, sabíamos cómo empezaba pero los hechos decidirían como terminaba. Lo único que dudaba era si la tanga se la puso para sorprenderme en la noche (primera propuesta) o porque quiere avanzar con el trío.
Fuimos primero a cenar donde tomamos unas dos botellas de vino y la velada además de hablar cosas de pareja y proyectos, se fue tornando más a la previa y preparación de sexo alocado, todo sacando el tema de la tanga y que me gustaría cumplir y ella con propuestas variadas.
Después fuimos a un boliche a bailar y empezó todo. Muchos bailes a los besos y calentadas mutuas y tomamos al punto de estar muy desinhibidos. En un momento entre desafiar a ella y ella a mí. Me empieza a bailar frente a todos en el medio de la pista, refregándome el culo hermoso que tiene por el bulto y agachándose de forma muy medida, un poco bromeando y un poco en serio.
Yo no me quedo atrás y la llevo a un costado y le digo, “ahora me toca a mí”. Me acerco pegado a ella y le digo al oído que yo haría lo que ella quiera sin ninguna pregunta (porque quería que ella misma me diga que sí o no para el trío), pero que primero hiciera algo que yo elija. Ella me pregunta desafiándome si estaba seguro, porque ella no se hechaba para atrás.
Así que le dije que quería que ande sin la tanga y de una vez le metí la mano por detrás en un recoveco que estábamos apretando, se la desaté y con la otra mano por delante, muy sutilmente y a las escondidas, le saco la prenda acompañando una caricia a la vagina y pubis afeitado y suave que yo mismo prepare. La tanga me la guardo en el bolsillo.
Ella se puso como loca y estaba ya liberada. Seguimos bailando y tomando.
En un momento me dice que le tocaba a ella porque ya había cumplido y le dije que de ahí en adelante haga lo que quiera, “si realmente se animaba”. Eso desató todo. Ahí ella me pide bailar los dos sueltos en el medio de la pista y como el boliche es grande, algún que otro se le acercaba y alguna chica a mí.
Luego nos juntamos y me dice al oído:
G: Te animas que metamos otro chico en la cama esta misma noche?
A: Siii… Probemos a ver que sale.
Salimos del boliche y ella estaba más caliente que yo, le doy la tanga y se la guarda en la cartera que había dejado en el auto. Fuimos los dos en el auto y en un momento me dice que pare en un parque cercano en un lugar oscuro. Se baja la calza, se me sube, corre su remera larga y baja un poco mi jean. Estaba empapada, empezamos a coger y veo que ella está que no va más, la dejo un rato y de un momento para otro la saco y la siento.
G: Que malo, nooo…
A: Siii, esta noche todavía está en pañales… No quiero que después arrugues.
G: Estaba por terminar… Y mejor no arrugues vos después…
A: Ya se pero te quiero bien alzada…
G: Que queres hacer…
A: Tenes ganas de hacer lo que me pediste? Pregunto con incerteza si quedaba como una fantasía o probaríamos como se siente llevarla a la realidad.
G: Si, me muero de ganas, me pone un poco nerviosa pero veamos que se va dando. Vamos a otro boliche (me pide uno que va generalmente gente más grande y pibes jóvenes a ver si le es más fácil levantar una veterana, porque una piba no pueden).
El boliche quedaba cerca y ella se acomoda un poco pero para mi sorpresa se baja sin la calza ni la tanga y esa remera larga quedaba como un vestido ajustadito apenas por encima de las rodillas.
Entramos al boliche, ya avanzada la noche, tomamos una copas seguimos bailando y en un momento ella me pregunta si veía algún pretendiente (aclaro que los dos estábamos tan nerviosos como excitados). Yo le recordé que ella tenía que elegir acorde lo arreglamos tiempo atrás y que ella tenía que hacer todo lo que quiera sin quedarse con ganas de hacer nada más.
Después de unas vueltas observando, notamos que un chico joven que andaba con un amigo se había quedado solo en la barra y su amigo se había puesto a bailar y apretar con una mina en la pista. Por lo que acordamos que nos pondríamos al lado y veríamos como empezaríamos a hablar. Ella y yo simularíamos ser “amigos con derechos” y después si se prendía lo dejábamos venir con nosotros.
En la barra ella se pone a hablar conmigo dando la espalda a él, como si fuéramos amigos. Mientras hablábamos los dos de temas improvisados, el chico mete su mano en el bolsillo con el dedo adentro y el resto colgando por fuera. Gise le apoya su culo hermoso en la mano adrede y el chico la saca de inmediato y pide disculpas, muy tímido.
Ahí lo integramos a la conversación y y le preguntábamos cosas. Se llamaba Pablo, sstudiaba Administración de Empresas a distancia, tenía 20 años, era de un pueblo cercano y viajaba cunado tenía que estar en la facu.
Pablo era de 1.75 mts. de altura aproximadamente, pelo castaño claro, ojos marrones, delgado y vestido con una camisa y un jean, muy prolijo y también muy tímido. Se quedó ese finde porque su amigo le pidió que salgan, pero como ya se fue con otra chica, se quedó un rato más para hacer valer al menos la entrada al boliche.
De ahí Gise le ofrece bailar con ella y conmigo para divertirse y por lo menos pasar el rato. Terminamos de tomar nuestras bebidas y fuimos a la pista. Entre tanto y tanto bailar Gise un poco conmigo y un poco con Pablo, se le acerca de a poco y lo toca por varias partes de forma sutil. Ella se va al baño y yo me quedo con Pablo en la pista bailando y platicando y le propongo que si quería venir con nosotros, que seguro Gise accedía y podía tener suerte.
El muy tímido estaba inseguro pero aceptó con los hombros y la cabeza. Cuando llegó Gise, le hice una seña como que podía ser y me fui al baño, para dejarlos solos un rato.
Gise después me cuenta que se puso a bailar con él y le saco un beso sutilmente tipo piquito y él se congeló al principio, pero después se relajó y le sonrió, así que se pusieron a besar y lo llevó a un rincón. Mientras se besaban ella le dijo que quería revisar a ver si “pasaba el examen” para irse con nosotros, le metió la mano en el pantalón y le dijo “haaa estas bien armadito”.
De inmediato le puso su mano en la cola para que sienta que estaba en bolas, pero él no se percató. Después aparecí yo y nos fuimos. Pablo estaba nervioso pero Gise un poco también, de a momentos se trababa su vos, a pesar del alcohol faltaba desinhibirse más.
Antes de subirse al auto Gise se me acerca y me pregunta más con aire de afirmación “te molesta si me subo con el atrás”? a lo que yo dije que “no, para nada, disfrútalo”. Decidimos ir a un motel a la salida de la ciudad que se entra con el auto a la pieza directamente y no quedaba lejos, porque en el otro que frecuentamos te atendían en una recepción y no dejaban entrar a más de dos personas por pieza.
En el camino veía por el retrovisor como se besaban y metían mano, mientras charlábamos. Al llegar al motel mi señora se pasa adelante mostrándole el culo a Pablo y éste se recuesta para que no lo vean.
Entramos, suena el teléfono y me consultan que turno quería, le pido por el pernocte ya que era bastante de madrugada, así teníamos tiempo hasta las diez de la mañana.
También pido un espumante y Pablo quiso pedir preservativos. Muy caballero el pibe paga el hotel y los preservativos y yo pago el espumante.
Recuerdo que se pagaba por medio de una ventanita muy discreta en la puerta de la habitación. Mientras tomamos un poco y pongo una música muy acorde a la velada, Pablo pasa al baño y nos quedamos fumando un cigarrillo con Gise. Ella se me acerca, me besa, ya estábamos pasados de copas, un poco nerviosos pero con un morbo terrible.
Yo le digo vas a “poder con esto” y la muy turra me responde “ustedes no van a poder, les voy a hacer coger a mas no poder, no se van a poder mover…”.
Eso me puso a mil por hora. Sale Pablo y entra ella a cambiarse, dándole su cigarrillo para que lo termine y el chico responde que no fumaba, ella se acerca y le dice “te va a relajar, lo necesitas”. Pablo ve el cigarrillo y la copa de ella con los labios marcados y los agarra (nos dieron solo dos copas).
Aprovecho a hablar con Pablo y decirle que estaba todo bien, que no se preocupe que a ella la conocia hace rato y es una mina re puta, que se meta tranquilo y haga lo que se le plazca.
Me saco todo y me quedo en bóxer, invitando a Pablo que haga lo mismo. Menos mal yo ya estaba con el amigo al palo, yo tengo una pija grande, pero cuando Pablo queda en slip, se le marcó un bulto muy grande, el de él ya era fuera de lo común.
En ese momento y charlando con el me di cuenta que era posible que haya estado hasta con una sola chica típico de pueblo y que no lo haya largado por ese paquete y el ni entendido del tema, estaba nervioso pero a la espera de coger.
Cuando Gise sale del baño luego de estar un rato, aparece con tacos, la tanga hermosa con ese poco de bello que sobresalía desde abajo y el resto del pubis impecable, un sostén negro de tul semitransparente con detalles en rojo y toda producida y pintada como una verdadera guarra.
La describo como la fui viendo, de abajo para arriba. Pablo seguramente también y ambos quedando boquiabiertos. Nos ponemos a bailar un poco y sacándonos las copas de las manos, mi mujer queda pegada a mi a los besos y caricias (manoseos y apretones) y Pablo besándole el cuello desde atrás mientras ella le frota el culo en ese bulto.
Se da vuelta y lo lleva a Pablo en la cama y se le pone encima a besarlo y acariciarlo mientras a mí me pone detrás y le empiezo a besar la espalda, el culo y la raja, ya bastante lubricada. Le suelto el sostén y le saco los zapatos. Pablo de inmediato aprieta sus pechos (talla mediana y muy lindos), ella le dice “despacito mi vida, toca todo lo que vos quieras que me encanta, pero tranquilo, que quiero que disfruten mucho”…
Pablo empieza a besarle los pezones y mamarlos como ella sabía que le gustaba y Gise ya comienza con gemidos. A continuación veo que lo empieza a besar por su cuello, oídos y va bajando mientras le saca el slip con el pié y la mano, yo quede atónito, mi mujer bajando y comenzando la corneada consentida de verdad.
Veo el paquete y parecía un termo literalmente, era grandísimo y medio asimétrico. Ella le pone el preservativo por pedido del pibe y lo comienza a mamar primero desde el glande hasta tragar lo que más podía. Me acerca en la cama para que quede tumbado al lado de Pablo y me saca el bóxer.
Nos empieza a chupar la pija a los dos y yo no lo podía creer, perdí el control, ya no sabía lo que sentía. Una mezcla de morbo, celos, enojo y una calentura terrible al ver a mi mujer practicándome sexo oral sin preservativo mientras chupaba y trataba de meterse al mismo tiempo una pija descomunal con forro que apenas le entra.
Se tira sobre mí y me besa, siento ese olor que mezcla olor a pija y latex y me dice al oído:
G- Gracias por este momento… me vuelven loca… te amo con locura… pero ahora quiero darle una clase a este chico como se coje.
A- Dale tranquila, pero eso sí, ponete loca, quiero que te saques todas las ganas que sé que tenes.
Se acuesta boca arriba poniendo las almohadas en su cadera, lo lleva a Pablo con la mano agarrándolo de su tronco descansando en su mano y lo deja en misionero y a mi para que la bese mientras me pajea suave. Se corre la tanga un poco. Pablo empieza a metérsela despacio, ella empieza a gemir y de golpe la mete hasta lo huevos. Ella grita “me partís mi vida”, mezclando dolor y placer.
Pablo la bombea en un frenesí medio trabado pero con muchas ganas. Gise expresaba con su cara lo que sentía, deja mi pija en su mano pero ya casi no la mueve. Le dice entre suspiros y quejas: “acércate mas a la tía bebe, no te pongas nervioso, yo no quiero ni voy a ser tu novia, así que a mi me cojés como una puta”…
Ella se desata la tanga y la deja a un costado porque le raspaba. Un momento después, corre las almohadas y se pone arriba de Pablo. Lo cabalga con locura y a mi me pide que me pare en su cara y me la chupaba como nunca lo había hecho ni por tanto tiempo, un placer indescriptible.
Tenía una panorámica de como se cogían a mi mujer como me vería yo, con la conchita toda preparada por mi y una tanga que yo le regalé, a un costado. Ella me pone detrás y yo no podía creer, se preparaba con un dedo para que le entre a esa cola, que ya estaba dilatada.
Vi en primer plano como le entraba ese pijón. Gise se acomoda y me pide que se la meta en el culo, siempre me hace rogar un rato para hacerlo y por un ratito, pero ahora me lo pedía con locura.
Se la meto y era una sensación increíble, sentía como un pedazo de piel de las entrañas de mi mujer me separa de la pija de Pablo y la sentía como se movía.
Le empecé a bombear de a poco y fui probando cada vez más fuerte. Estaba súper apretado pero lubricado a mas no poder.
En una parte Pablo mira la tanga y dice “como me encanta como te moves, estas preciosa y esa tanga me vuelve loco”. Ella se saca como enojada o extasiada la pija del Pibe y le saca el forro. Agarra la tanga y le dice “querés ver cómo se siente?” y le empieza a pasar mientras seguíamos en la misma posición, la parte interna que queda donde va la vagina al glande de Pablo. Ella lo hacía muy excitada.
G- Ves amor que raspa un poquito pero es linda?
P- Me vuelve loco lo que me estás haciendo…
G- Si pero es una tanga y yo soy la que quiere sentir ese animal…
Hace la espalda atrás, me pasa la mano por el cuello para que me acerque al oído, susurrándome entre suspiros que confíe en ella que sabía lo que hacía. Yo lo respondí (sabiendo lo que era) que disfrute tranquila sin tapujos (aunque realmente estaba consternado).
La tanga estaba en la punta del trozo del chico y ella estando tan cerca se la mete sin que él no pueda ni pensar lo que hacía. Se mete ese trozo con tanga y todo adentro y le dice “mira Pablito ahora te cojes la tanga y a mi al mismo tiempo, pero sin miedo que te prometo que acá estamos sanitos y yo tomo pastillas”. Pablo empezó a coger como loco y Gise se terminó de meter la tanga completa en su concha.
Yo no daba más, Gise que ya había tenido al menos tres orgasmos y el Pibe que no aguantaba y quería terminar. Pablo nos mira y pregunta si puede terminar, a lo que Gise le dice que donde más quiera.
De inmediato Gise se mueve para atrás para que yó quede acostado y ella cabalgando con su culo, el pibe cuando ve eso ya nomás la saca y veo que se pajea en su ombligo. Acaba con locura y la muy puta de mi mujer mirándome de reojo me dice “mira la cremita para la conchita, seguro me la deja suave y no se me irrita mas”, por la crema after shave. Se la refriega por todo su pubis y se chupa los dedos.
Yo no aguanté mas y quise salir para acabar en su cara. Ella se sentó y me dice “quiero que me termines en la colita, que quede bien lubricada para ese pedazo”. Ni bien yo quise decir “Pero” (porque en nuestros comienzos ella me decía que la cola nunca se la había entregado a nadie y cuando nos comprometimos me la entregó, para que sea solo mía).
Ella responde “ya se que te lo prometí que era tuya y solo tuya, pero no te enojes, es que quiero que este chico me llene toda de leche”. Yo un poco rabioso no dije nada pero asentí y ya estaba explotando. Quedamos los tres tendidos en la cama. Limpiándonos con unas toallas, Gise se saca entre quejidos y suspiros la tanga toda mojada de la concha y la deja a un costado. Pablo estaba rendido. Yo no podía ni pensar en lo que pasó, pero no terminó ahí.
Después de una charla intergarchin, Pablo se va a lavar y yo me quedo fumando unos cigarrillos con mi mujer. Ella estaba como entrando en razón, pero como ya había pasado, que haría si pasa una más (es un dos por uno). Así que entre risas medio de confusa y medio de alegre por lo bien que cojió, me dice que le estaban dando ganitas de nuevo.
Yo la besé y le dije que estaba un poco celoso pero muy excitado. Ella me responde que esté tranquilo, que “solo quiere cojerse a ese pendejo y la próxima era para mí”.
Me consultó si no me importaba que tener el próximo acto con Pablo sin latex, porque no se quiere quedar con las ganas. Yo le dije que le dé nomas, como ella más le antoje. En un instante sale Pablo y entro yo a lavarme, porque Gise quería descansar un poco más (la verdad que no descansó nada).
Cuando salgo unos minutos después, ellos hablaban los dos acostados. Gise se da vuelta y me hace una sonrisa pícara. Lo empieza a besar apasionadamente, el paquete de Pablo empezó a repuntar y ella a hacerle unos masajes. Se pone tipo 69 y le dice “Pablito lávame toda con tu lengüita”.
El pibe empezó de nuevo a calentarse a más no poder y hablar entrecortado. Yo me quedé sentado mirando a un costado y prendiendo otro cigarrillo. Era impresionante como veía en un 69 mamando con locura y casi sofocando al pobre pendejo con la concha todavía con fluidos del sexo anterior.
De golpe se da vuelta Gise, lo besa con suavidad acariciando su mejilla. Se sienta arriba y Pablo atina a manotear los preservativos y ella casi como un mandato le dice que estaba loco, quería que se la meta ya, porque no daba más, porque su cabeza explotaba de las ganas que tenia de sentirlo de nuevo.
Se la mete de una y empieza a cabalgar, arqueando la espalda y mirándolo a Pablo consternada. Yo me puse al palo viendo a mi mujer cojiendo a pelo con un pibe casi obligado y me acoplé. Ella pone mis manos a tocarla por todo el cuerpo.
G- Que placer por favor… lo siento un montón… haahaaa
Cojetelo, disfruta esa pija enorme y que se lleve un buen recuerdo.
G- Si mi amor, haaaaa, me encanta sentirme tu puta…
Pero falta algo más… para que yo disfrute lo puta que te pusiste…
G- Decime… que… haceme lo que quieras…
Lo que yo quiera puta reventada? (ahí Gise largo un gemido y no paró de gritar hasta el fin).
G- Siiiiii… daleeeeeeee… uuuffff
Estando ella sentada arriba de Pablo y yo a sus espaldas, la incliné hacia abajo y empecé a ganar lugar en esa concha dilatada.
Gritaba como una loca entre gemidos y dolor. Se la metí y fue una sensación única.
Realmente Pablo la llenaba toda, estaba que chorreaba. Nunca la sentí así, realmente estaba cojiendo a pleno. La bombeamos los dos como unos diez minutos. Gise se cansa y nos ponemos en sándwich de costado en un solo movimiento sin parar la acción. Gise nos besaba y nos acariciaba a los dos.
En un momento nos saca, recuerdo el ruido a sopapa y el aire saliendo de la concha abierta. Gise se pone en cuatro, yo acostado y me la empieza a chupar y le deja el culo descubierto para que Pablo lo invada. Todavía le quedaba lechita mía para lubricarle el canal a esa bestia.
Gise lo acompaña con la mano primero de a poco, hasta que entra de una y empieza a darle con todo. Mi mujer no daba más. Estuvo chupándomela a mí y con Pablo rompiéndole el culo como diez minutos más.
Me pongo debajo de ella y se la acomodo en la vagina. Estaba toda chorreada de sus jugos y liquido preseminal de Pablo. Entraba que bailaba, pero súper caliente.
La polla de Pablo parecía dilatar el culo ocupando parte de la vagina de mi prometida. En un momento ella empieza con los orgasmos y dice “no doy más”. Pablo empieza a acabar y siento como se chorrea lecha del culo de Gise (que era mío solo y nunca me dejó acabarle ni cojerlo por mucho tiempo).
Gise acaba y se desploma sobre mi mientras yo acabo y le lleno la raja. Quedamos los tres exhaustos. Un olor a transpiración y sexo inaguantable. Gise se limpia toda la entrepierna con la tanga que había quedado tirada del primer acto. Se va al baño a lavarse.
Entro yo a lavarme con ella y no se podía ni mover (en realidad ninguno de los tres). Nos abrazamos y nos besamos, ella un poco llorando, entrando en lucidez de lo que pasó, con miedo que la deje. Le dije que era mi amor y me encantó lo que hicimos.
Ella se puso bien y entre abrazos y besos me prometió estar con otra chica más, lo que contaré en otra historia. Salimos del baño y entra Pablo.
Luego nos cambiamos y nos vamos del Hotel, dejando a Pablo de camino a casa. Nos saludamos y no lo vimos más. Llegamos a casa a las diez de la mañana aproximadamente. Nos bañamos de nuevo, desayunamos y dormimos el resto del día abrazados y satisfechos de la experiencia que pasamos.
La tanga al otro día cuando ponemos la ropa a lavar, estaba toda dura y sucia, por lo que la tiramos.
Es un poco larga la historia, pero esperamos les haya gustado el relato del primer trio sexual con mi esposa. Saludos a todos! Parejas swinger contactar si así lo desean a través de la zona de registrados.
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