Hombres y mujeres fantasean diariamente con algún tipo de disfraz. Muchas personas que han caído en la rutina sexual desean fervientemente utilizarlos para introducir alguna novedad en la cama. Es una fantasía sexual sencilla de cumplir y que está en la cabeza tanto de los hombres como de las mujeres. Hoy vamos a intentar explicar el por qué de estas dulces perversiones y fantasías sexuales.
El morbo, la variedad, hacer realidad fantasías sencillas e inocentes o simplemente el hecho de desear que tu pareja se convierta en «otra» persona pueden ser razones suficientes para pedir a tu «partener» que se disfrace antes de ir a la cama. De todas formas, hay que tener en cuenta que estamos hablando de una fantasía muy inocente y nunca de una perversión.
Mientras los hombres disfrutan con que sean las mujeres las que adopten un rol diferente, ellas prefieren ser las que se disfracen o simplemente las que hagan el papel que siempre habían deseado. A la hora de adoptar nuevos personajes o disfraces, hay que tener mucho cuidado de no perder nunca el contacto con la realidad y de no pedir la entrada de terceras personas en un juego que ya de por sí tiene muchos personajes y que puede llegar a ser muy, pero que muy excitante.
Disfraces para cumplir una fantasía sexual
Hay una serie de disfraces que a lo hombres les encantan y que a casi todas las mujeres les gusta asumir. Clásicos como la enfermera o la colegiala son algunos de los más demandados. La explicación es lógica. En el primero, el hombre se convierte en un sujeto pasivo que se deja llevar por la enfermera sexy y cachonda, que puede permitirse hacer lo que le venga en gana con el cuerpo frágil y desnudo del paciente. Además, hay que reconocer que en este caso, la imaginación puede llegar a dar mucho juego ya que en la relación enfermera-enfermo pueden llegar a pasar muchas cosas excitantes.
En el caso del disfraz de colegiala, nos ponemos justo en el caso opuesto. Es él quién toma las riendas de la relación y el que se ofrece para iniciar en el sexo a esa jovencita que se le acaba de aparecer en su cama o a la que sorprende tocándose por primera vez.
Pero todo esto tiene una explicación bastante lógica. Mientras que ser obligado a tener sexo con otra persona es una fantasía más frecuente entre las mujeres que entre los hombres, obligar a tener contactos sexuales es una fantasía más masculina que femenina. Con esto no quiero decir que ni ellos sean unos violadores en potencia ni que ellas unas damas que ansían ser violadas por un extraño. De estos datos lo que se saca es que dar una vuelta de tuerca a tus relaciones sexuales, puede ser una manera muy sana de hacer realidad muchas fantasías sexuales con un simple disfraz.
Hay muchos disfraces con los que jugar, tan sólo te tienes que poner de acuerdo con tu pareja para escoger los que más os gusten, porque recordad que hay que estar más o menos de acuerdo con qué roles están dispuestos a aceptar cada uno para que luego no haya problemas ni situaciones incómodas. En este caso, los disfraces son un juguete para amenizar las noches de sexo y por qué no, descubrir facetas de tu pareja que seguramente no conocías.
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