Hola a tod@s los miembros de esposasymaridos que lean esto. Como veo que no mucha gente escribe relatos, que es algo que me sorprende, porque pueden ser muy eróticos, me he decidido a contar otra pequeña aventura que tuve hace mucho tiempo.
Nos remontamos a cuando yo tenía 18 años. Por aquel entonces yo vivía con mis padres, y muchas veces se iban los fines de semana y me dejaban la casa sola. En concreto, en verano, siempre me dejaban solo un par de semanas mientras ellos iban de vacaciones. Yo prefería irme por mi cuenta con mis amigos,o simplemente descansar de tanta fiesta que me pegaba en aquellos años, recorriendo todas las fiestas de los pueblos que había en la provincia en la que yo vivía.
En una de estas fiestas de pueblo conocí a una chica. Se llamaba Patri. Era una chica bajita y algo regordeta, pero tenía un culo enorme y unas tetas blandas, grandes y jugosas.
Nos liamos sin más, un morreo y un poco de meterse mano, y después cada uno por su lado, a mediados de julio. Uno de esos días de verano donde me solía quedar solo en casa durante varios días, invité a un par de amigos a cenar y a beber un poco de alcohol en casa. Mis amigos me dijeron que había una amiga suya que vivía cerca de mí, y que si podía venir con una amiga suya con la que estaba en su casa unos días. Respondí que sí sin problemas, cuantos más mejor!
Aquí llegó mi sorpresa. Llamaron al timbre de mi casa, y al abrir vi a la amiga de mis amigos, Alba, la cual yo ya conocía un poco de vista, y a su amiga. Patri. Era ella. La chica con la que me dí el lote hace un mes era la amiga que venía de invitada.
Nos pusimos todos a beber. Nos reímos, jugamos, vimos una peli. Hablé con mis dos amigos de la situación, y se rieron un poco de mi, porque yo iba muy borracho aquel día en el que nos liamos. Yo les dije que era verdad, y que esta situación me resultaba algo violenta porque realmente no sabía si a ella no le gustó . Pero sí que noté algo en aquellas fiestas cuando nos conocimos. La forma en la que nos liamos, como jugaban nuestras lenguas, como nos metimos mano… esa chica era una fiera. Se notaba que le gustaba lo duro. Y todo eso lo entendí con un simple morreo un mes antes.
Poco a poco todos nos fuimos poniendo “más contentos con el alcohol” y acabamos hablando de sexo. Que si porno, que si actores y actrices, que si hacerlo en público, que si el tamaño de las pollas que le gustaban a las dos chicas que estaban en mi casa, que si el tamaño de las tetas que nos gustaban a los tres tíos que estábamos ahí…
Yo me estaba calentando. Hablar de estas cosas cada vez más cerdas me estaba poniendo muy cachondo, pero a mis amigos no les parecía afectar. El alcohol hizo mella en ellos, y me dijeron que se iban a casa porque ya estaban cansados.
Yo me quedé con las dos chicas, Alba, la amiga de mis amigos, y con Patri. Seguimos hablando de sexo, y Patri dijo que se estaba empezando a poner cachonda, que le encantaría ver una peli porno ahora mismo. Casualmente, yo tenía guardado un disco duro con pelis porno para que mis padres no me lo pillasen. Fui a buscarlo, lo conecté a la televisión, ella eligió una peli de las que tenía y nos pusimos a verla.
Alba parecía cansada también, pero como Patri se quedaba en su casa, no quería decir nada. Al parecer ellas también habían hablado sobre lo que ocurrió un mes antes. Patri se quedó con ganas de hacer más que besarnos y meternos mano, pero yo me tuve que ir rápido.
Ellas estaban juntas en un sofá de mi salón, Alba poco a poco quedándose dormida del cansancio y el alcohol, y Patri cachonda viendo la peli porno. Yo estaba en otro sofá, tumbado, con unos pantalones cortos que marcaban mucho la erección que tenía.
Al mirar al sofá de las chicas, me di cuenta de que Patri se estaba tocando de forma disimulada, intentando no llamar la atención. Se dió cuenta de que la veía, pero en vez de parar y ponerse roja, me sonrió, se levantó y se tumbó en el mismo sofá donde yo estaba.
Se tumbaba muy cerca, restregándome sus tetas en mi torso y frotando su coño con mi pierna. Sin decirme nada me metió la lengua en la boca, mientras me empezó a meter mano por dentro de los pantalones, me empezó a acariciar la polla poco a poco e iba aumentando el ritmo.
Separó los labios y me dijo:
-La tienes muy dura eh. Me quedé con ganas de probarla la última vez.
Yo respondí:
-Bueno, ahora no tengo prisa. Podemos hacer lo que no pudimos la última vez.
Patri se bajó la camiseta y me metió las tetas en la boca. Yo se las comía mientras ella seguía pajeandome. Madre mía que manos tenía. Al poco nos dimos cuenta de que Alba todavía estaba allí medio adormilada mientras nosotros nos calentábamos.
Nos levantamos del sofá, Patri con la camiseta levantada y yo con los pantalones medio bajados. Nos fuimos detrás del sofá donde Alba dormitaba, nos tumbamos en el suelo, y nos seguimos besando. Ahí empecé a meterle mano a ella. Estaba chorreando. Su coño era más agua que carne, lo que hacía que mis dedos se deslizasen sin problemas.
Dejó de masturbarme, se agachó, y me empezó a chupar la polla. Lo hizo tan de sopetón que me asusté incluso, soltando un gemido entre susto y placer. Me empezó a mamar duro, sin miramientos, muy salivado.
Tenía razón, esta chica era una fiera. No se cortaba para nada, cogía lo que quería y fin, solo tenías que darle un poco la mano y ella cogería el brazo.
Paró y me dijo:
-Me encanta tu polla. Que rica esta.
Y enseguida volvió a chuparme con fuerza. Cómo jugaba con su lengua madre mía, bailaba por todo el tronco de mi pene. Cada vez iba más profundo, así que decidí ayudarla, la agarré de la cabeza y la empuje. No hacía por quitarse, le gustaba atragantarse. Estaba notando como mi polla le llegaba a la garganta, que delicia.
Al rato paró, y me pidió que se lo comiese a ella. Tenía un coño al peludito, pero muy carnoso. Ahí que metí mi boca, chupando su empapada vagina de arriba a abajo. Estaba tan cachonda de la mamada que me había hecho, que apenas tardó unos pocos minutos en correrse.
Me dijo que ya no aguantaba más, que me iba a montar. Fui corriendo a mi habitación a por un preservativo, y volví igual de rápido. Me lo puse, y me tumbé en el suelo, ella se colocó encima. Se metió mi polla en el coño sin esfuerzo, y empezó a montarme. Ambos intentábamos no hacer mucho ruido para que Alba no nos pillara. Creo que era algo difícil, por como sonaba el ruido de ella montando, su culo rebotando en mis piernas, se oía por toda la habitación.
Aún así seguíamos follando. Me encantaba ver como rebotaban sus tetas, arriba y abajo. Pero decidimos parar. Nos fuimos a mi habitación para estar más seguros. Allí ella se puso de pie, doblando las piernas apoyada en mi cama, mostrándome su coño abierto e invitándome a entrar. Me puse otro condón porque nos habíamos cargado el primero, me puse a jugar con mi polla en la entrada de su coño. Como se enfadaba por jugar con ella. No quise molestarla más, y se la introduje. Gemía de placer, sus gritos me volvían loco. Cómo rebotaba su culo en mi vientre. La jodí pero bien.
Más tarde, tuve que parar, porque llevaba ya un rato viendo su culo rebotar y había algo que no me quitaba de la cabeza. Me agaché, y le empecé a comer el ano. Antes, durante el cunnilingus no pude probarlo. A ella parecía gustarle que le comiese el culo. Seguía gimiendo. Yo necesitaba probar ese culo. No paraba de gritar ¡SI! ¡SI! Me puse de pie y se la volví a meter en el coño.
Al cabo de un rato cambiamos, y nos pusimos en el clásico misionero. Quería volver a ver como sus tetas se movían. Le gustaba como le daba, de modo que no puso objeción a que yo hiciera el trabajo.
Seguimos follando, dándole duro durante bastante rato. Sus tetas se movían, hasta que ella decidió que era suficiente movimiento, se las agarraba y apretaba. Se las juntó ambas hasta aguantarlas con el mismo brazo. Bajó la mano que tenía libre para poder tocarse el clítoris mientras yo seguía empujando mi polla hasta el fondo. Ella no paraba de gemir, parecíamos animales en celo.
Tras un buen rato de seguir dándole al tema, ella dijo que quería que me corriese bien fuerte en ese momento. Se la saqué, se puso de rodillas, me la chupó un poco, y después se puso mi polla entre sus tetas. Me pajeaba con unas tetas tan suaves que se sentía como estar en el cielo.
Tras un buen rato de alternar la paja con las tetas tan genial que me estaba haciendo, un poco de paja manual por su parte, y un poco de mamada, me dijo:
-Espera, ya te tiene que quedar poco para correrte. Ven conmigo, tengo una idea que me pone muchísimo.
Nos fuimos otra vez a la habitación donde Alba dormía, detrás del sofá, donde habíamos empezado. Me la empezó a chupar de nuevo ahí mismo. La guarra de Patri quería saber que su amiga estaba cerca y que nos podía pillar, le daba mucho morbo.
Ya sintiendo que me iba a correr, se lo dije. Me respondió que acabase en su boca. Me la sacudí tan rápido como pude, y justo cuando noté que iba a salir, apunté a su boca bien abierta. El primer chorro le entró genial, aunque un poco se salió por su cara. Enseguida se metió la polla entera de nuevo en la boca, y yo terminé el resto de mi descarga dentro, al calorcito.
Me miró a los ojos, y se lo tragó. Que cachondo me puso…
Después de este polvo tan fuerte, en el que nos sentimos como bestias de la fuerza con la que lo hicimos, nos vestimos, despertamos a Alba, y las chicas se fueron a su casa que ya era de madrugada. Y yo me fui a dormir, sin saber qué había pasado del todo… La chica que conocí hace un mes, se presentó en mi casa, y follamos a lo salvaje. Supongo que tuve mucha suerte.
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