Descubri a mi mujer con otro y no se lo dije

Nunca pensé que reaccionaria de esta forma al encontrar a mi esposa teniendo sexo con otro hombre. Esa ocasión regrese a casa mas temprano de lo acostumbrado y quise darle la sorpresa a mi esposa, sin pensar que el sorprendido seria yo.

Al llegar a la casa, había un auto estacionado en la entrada y esto me pareció extraño, por lo cual entre a la casa sin hacer ruido, subí a la recamara y escuche gemidos, la puerta estaba entreabierta y cual fue mi sorpresa al ver a mi amada esposa gozando como una loca con las embestidas que le daba por el culo un hombre al que después reconocí y era un antiguo compañero de la universidad.

Al principio quise entrar y golpearlos a los dos, pero el morbo de verla como disfrutaba del gran pene de su amante me hizo quedarme paralizado y la furia inicial se convirtió en excitación, provocándome una erección y seguí viéndolos coger de una manera salvaje cambiándose de posiciones y mi esposa entregándole todos sus orificios, mismos que el de manera insaciable llenaba de leche.

Así siguieron durante un largo rato. el parecía no cansarse, verdaderamente era un semental y lograba provocarle orgasmos tan intensos a mi esposa como creo que nunca lo logre yo. Cuando ella le empezó a pedir que la dejara descansar , yo salí de la casa tremendamente excitado y deseando hacerle el amor a mi querida esposa.
Entonces desde la esquina le llame por teléfono y le dije que estaba por llegar a la casa, ella nerviosa solo me dijo que había pasado todo el día pensando en mi y que estaría feliz de tenerme en casa tan temprano. Instantes después vi a su amante que salía apresuradamente de mi casa y desaparecía en su auto.
Inmediatamente entre a la casa y subí a la recamara, mi esposa se dirigía al baño, me dijo que quería darse una ducha pues había estado haciendo el quehacer de la casa y por eso estaba sudando (no sabia que yo había visto el quehacer que estuvo haciendo y por el cual estaba tan sudada).
Yo no la deje que entrara al baño y empecé a besarla y a acariciar todo su cuerpo húmedo de sudor, sintiendo el olor a sexo de otro hombre, lo cual incremento mi excitación. Ella cada ves mas nerviosa por el miedo de que me diera cuenta de la causa de su agitación y sudor y de que encontrara los restos de leche de su amante que aun le escurrían entre las piernas me suplicaba que la dejara darse una ducha y me prometía que después me dejaría hacerle el amor.
Mi excitación era tal que no la deje seguir ablando y la arrastre a la cama, la acosté bruscamente y empecé a lamer todo su cuerpo, ella se resistía y mantenía sus piernas bien cerradas pero por la fuerza logre abrírselas y como un animal en celo empecé a lamer su vagina que tenia un sabor distinto al de siempre pues era una mezcla de sus jugos y de la leche de su amante. La sensación de aquel sabor distinto de mi mujer aumento mi deseo y lamí con mas ganas esas secreciones, ella por su parte al darse cuenta que yo estaba disfrutando como loco de esa experiencia, empezó a relajarse y disfrutar de mis caricias. Cuando la penetre por la vagina tuvo un orgasmo rápido, pero no tan fuerte como el que le había visto tener momentos antes con su amante.

Cuando quise penetrar su ano, me pidió que no lo hiciera porque aun estaba adolorida de la ultima vez que se lo habia hecho por ese orificio (aunque de eso hacia mas de una semana). Entonces le dije que no la penetraría pero que me dejara lamérselo suavemente, ella no muy convencida accedió a mostrarme su culo y efectivamente estaba muy lastimado pero no por mi, tiernamente lo bese y lamí y ella dio un gemido de placer.

No le dije mas, solo le di un beso en la boca y la deje que fuera a ducharse. Cuando salio le hice prometer que no se bañaría antes de que hiciéramos el amor, ella solo contesto “Te lo prometo si tu me prometes avisarme cuando vas a llegar temprano para esperarte sin bañarme”

Desde ese día siempre que puedo, llego temprano a casa y siempre desde la esquina le llama para avisarle que llegaré pronto y recordarle que no se bañe. Espero a ver cuando su amante se retira y entro a la casa, subo a la recamara y la encuentro a ella acostada en la cama, desnuda y sudorosa esperándome para dejarme disfrutar de los nuevos aromas y sabores que manan de su cuerpo y que tanto placer me dan desde aquel día .

Saludos, atentamente «Compartidos»

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